Llanto

Duele ya las lágrimas que son de tinte carmesí,
Aquí en las ruinas de lo que fue mi hogar,
Quedando claro que los tiempos buenos se esfumaron,
Al morirse la esperanza en estos lugares,
Que nunca fue una razón el ser así,

Sin embargo aquí estoy parado,
Destrozado por dentro pero con muina en mi rostro,
Llegando desde muy lejos para encontrar... ¡nada!
Así termina mi triste historia que otros arrebataron,
Haciendo gala del poder conferido por una cruz,
Con actos salvajes y despiadados....

Cadáveres de los que ame colgados a modo de trofeo,
¡Maldita sea mi estampa! ¿Como podía protegerlas?
Si la infamia se esconde tras sus oscuros ropajes,
¡Si su fuerte fe es la espada del cielo!
¡Torturando inocentes! ¡Quemando todo a su paso!

Con esta saña criminal nacida de una fe corrompida,
¡Señalando blasfemos y brujos!,
¿Que conocéis del poder del universo?
¡Nada! y se atragantan con su ley de Dios
Escupo sobre ella porque nada es para mi,

Yo antiguo devoto de su señor Cristo,
Y ahora su acérrimo rival, mas no del profeta,
¡Sino del hombre que con aras de divino profanó mi vida!
¡Con acusaciones falsas!
¡Con macabros juegos de noche vinieron!
Y con cobardía total desgarraron la paz de este lugar,
¡Mi Santuario!

¡Pero no queda más en mí que el Odio!
¡Y será esta mi maldición!
¡Que no quede uno solo de ellos vivo!
¡Destruiré su hipocresía!

Aun si debo perder mi alma en el intento!
¡Venid a mi poderes verdaderos!
¡Que esta noche alineados los planetas!
¡Con poder absoluto venido de las sombras
Os haré pagar su osadía!

Y a ti que ves en el cielo,
A ti que nada haces por la justicia,
A ti que permites estas atrocidades
¡No reclamo nada, solo mi desprecio veréis!

Pues ¿que Dios permite esta carnicería?
Que Padre amante de sus hijos permite estas acciones?
Que queda aquí mi juramento
Porque aquí quedarán mi pasado,
¡PERO NO MI VENGANZA!

Lord Vélfragor