Llega la noche

Llega la noche y como todas mis noches
me es inevitable no pensarte..
No sentir tu ausencia y trato
de imaginar tu sonrisa
allá a lo lejos
en alguna que otra estrella.
Llega la noche y cierro mis ojos intentando así atraer el calor de alguna de tus caricias esas que día a día intento manter vivas en mi.
Llega la noche y aquí estoy
récordando esos momentos que viven aquí en mi corazón..
Pero me es inevitable sentir
con el correr de los días, de los meses que poco a poco se enfrían alejandome cada ves más de ti ..
Llega la noche y es cuando mas me abrazo a tus recuerdos a esa sonrisa a esos ojitos que no hacían mas que llenarme de amor el corazón..
Ese amor único.. Trasparente.. Sincero y hasta un poco terco que algunos días se veía perdido en tu mente pero nunca se perdía de tu corazón al verme junto a ti..
Llega la noche y yo sigo sumando días y días sin ti intentando no perder el rumbo e imaginándome momentos para que no te alejes más de mi.
Llega la noche y ya pronto sumare otro día.. Otro día mas que no te dejaré de extrañar papá

 

Pety, ¡¡que lindo escrito!!Y es que cuando el padre se va, nos quedamos tan solas. Te abrazo con mi alma, poetisa.
Saludo cordial, Azalea.

 

Gracias por dedicarle un minuto a mis humildes letras.. Saludos

 

Con gusto, Pety, eres muy sensible. Saludos

 

Este poema es fuerte, por el sentimiento que conmueve al lector.
E inocente, por depositar tanta Fe, en un padre.
A veces, nosotros debemos llevar las riendas del carromato.
Honrar a padre y madre, supone el ejercicio de los derechos, que se han de sostener, haciendo los pertinentes deberes.
Hay deberes, actividades, tareas y labores, que nos piden que los realicemos.
Nos pide el jardín, que lo reguemos con agua del pozo.
O si no, con agua de la acequia.
O en su caso, ya, con agua del Mar, mezclada con agua del río.
A lo que añadiremos posos de café, que son los restos de haber hervido café en la cafetera.
Claro está que el agua de Mar, representa un mínimo aporte, y en su mayoría habrá de ser agua dulce.
Pues de lo contrario, la tierra fértil se salinizará, y sus plantas morirán por deshidratación.
O sea, si llueve, al haber regado con mucha agua de Mar, las plantas expulsarán toda el agua que retenían, porque el agua de lluvia absorbe esas sales que ellas tienen, y que les sobran. Ese exceso. Por ósmosis ( a través de los poros de la piel de las plantas ).


Pero adquiere mayor vitalidad, ese agua, si la removemos por adentro de un gran frasco de cristal, que lleve asociados algunos potentes imanes de neodimio, por alrededor. Y que conste que no se refiere, este trance substancioso, a un ritual motivado por creencias y supersticiones. Sino que hay, en el ancho Mar, brillo metálico. Brillo que hemos de resaltar o hacer evidente, con una sencilla operación mecánica. Puesto que el agua de Mar, y también el agua del río, ya estaban contentas, o repletas. Pero los imanes ejercen una proverbial atracción, que evoca en esas aguas, la euforia.

 

Gracias por tus palabras y dedicarle un tiempo a mis humildes letras... Saludos