Llegando a dónde

No quiero tener lirios en mi boca.
No quiero tener tantas malparidas angustias
No quiero nada más de monjas.
No quiero tus latidos.

Quiero un ramo de petróleo inerte.
Quiero más días de desierto marcados en hielo.
Quiero más días en el látigo de una moneda.
Quiero que me carcoman las manos y me traguen despacio.

Para no tener que ver más como te peinas la patente.
Para servirte en el trono y ver tu despavorido intestino.
Tengo que meditarme a mí, misma.
Estoy debajo de la superficie y creo que no llegaré al cielo.

 

Versos con mucha fuerza y pasión melancólica. Un placer leer y dejar mi huella. Saludos.

 

Gracias por los buenos comentarios. Saludos y buenas letras!

 

Siempre intento comprender el mensaje que mueve a escribir. Lo hago porque yo no soy poeta. Quizá un poeta escribe poesía, por la poesía y para la poesía, pero yo no; yo lo hago por desahogarme, por expresarme, por darle forma a tumultos interiores.

De este poema lo único que saco en claro es el tono, el estado de ánimo. No encuentro comunicación racional, es como un sonido inarticulado en el que el significado reside en el desgarro, en el ambiente opresivo, en la ausencia de un horizonte para sol cálido.

 

Excelencia maravillosa de arte soberbio, espléndida demostración.
Jorge Lemoine y Bosshardt, "Estrella Máxima" de Mundo Poesía.