Llorar, para que mierda

Llorar, para que mierda

Para que mierda derramar
aquel jugo misterioso

que con avidez escapa de nuestro ser
y corre besando la tez acontecida

llevando en su regazo parte
de aquella alma
dolorida

y que indecorosamente engaña
en su alivio efímero
al sufridor oneroso.

Llorar, para que mierda

si una lágrima
y su estúpida presencia
poco ayudan al problema

escondiendo tras un vago sentimiento
las ganas de poder luchar.

Llorar para que mierda

pues si tan sólo
después de tenaces pasiones
o fúnebres y pérfidas emociones
diera un bien las lágrimas derramar

mandamiento celestial sería
llorar para vivir y
de eterna pena disfrutar.

Llorar para que mierda

para que mierda lamentar,
lo que en un pasado fue
y no se debió promulgar

para que mierda dormitar
y soñar
evocando días mejores

si es sabido que el mayor dolor
en el infortunio
es el recuerdo de los días
escasos de sinsabores.

Llorar, para que mierda

si es mejor a la vida sonreír
y conocer que

la virtud de cada hombre
yace oculta detrás del misterio
que cree imposible descubrir.

 

Pablo Londoño Larrea:

En efecto, un poema que hace reflexionar sobre las lagrimas su causa, su utilidad o quizá su inutilidad, muy interesante

Un saludo cordial de

Jaime