Llueve y llueve calmo

Llueve y llueve calmo.
Escribo, solo por escribir.
Ahora me muevo en taxi.
Quiero sentirme libre aunque no tenga carro.
Ahora que las rodillas me pulsan,
los caminos se elongan
y gozo el dolor de hacer lo que yo quiero.
Ahora planeo mis trayectorias
para que sean mínimas.
Valoro el teorema de Pitágoras.
Converso con los choferes,
son buenas personas.
Las canciones en el radio,
me pregunta:
-¿le gustan?-
-Claro, son de mis tiempos-
Boleros, baladas.
El calor es otro tema.
-Está fuerte, más a esta hora-.
- Si, en Europa se están quemando,
en Monterrey hay sequía,
no tienen ni para beber-
Me dice:
-¿Es maestra?
-Si
-Mi hijo estudia ahí.
Nosotros vivimos más allá de Chalco-

La mayoría de mis alumnos
son del Estado de México.
Tardan 2 o 3 horas en llegar y
otro tanto en regresar.
Los asaltan en las combis,
les roban sus celulares.
Siempre están cansados.
A ellos no les hace ninguna gracia
que se suspenda la clase.
Tienen que hacer uso eficiente,
del tiempo, del agua, del dinero,
si es que quieren ser ingenieros y
salir de ese nivel.

Peligroso nivel,
donde la opción es:
la servidumbre,
la delincuencia,
la violencia y el vicio.

Ya dejó de llover.

 

Muy guay; cambio climático, Pitágoras ( no sé si estás aplicando el teorema derivado del seno) e inseguridad ciudadana.
Besis

 

Solo digo que es más corto irse por la hipotenusa que por los catetos. Gracias por comentar. Un beso.

 

Buen poema, Luciana. Mis felicitaciones y abrazo, compañera.

 

Gracias, Luis. Un abrazo para ti también.