Lluvia roja de un río carmesí

Lluvia roja de un río carmesí
que brotas al oír, el frío olor del acero
deslizándose sobre mi piel
llenando el suelo de sangre
con mi cuerpo casi que inerte sobre él,
las lagrimas de una tristeza roja se van
junto a los latidos de mi alma
que perdidas en la melancolía
sueñan con encontrar
una vez mas a ese bello ángel
que me llevara de la mano
a un frío y oscuro lugar
un lugar lleno de silencio
adornado con llantos grises
en un mundo sin matices
donde solo se encuentra
la armonía que conocen los suicidas
esa calma que ahora conozco
ya que pronto mi vida entregare.
En esta habitación, donde encuentro
en el suelo ensangrentado un hogar
donde por fin podre descansar
y este mi ultimo verso
y quizás el primero
donde no me odie, donde no decidí huir
donde tome una decisión clara
tan clara como la lluvia carmesí
esa que ahora devora mi aliento,
y que acorta mi respiración
esa con la que en este preciso momento
te diré, Adiós.

 

Conmovedor, una desfallecida escena en el ocaso que encuentra el último suspiro, saludos cordiales.