Lo que no cambia

Lo que no cambia

Le dijo un enamorado a la causante de su dicha:

“Los tiempos cambiaron; es lógico.
Las cartas se envían por los pulsos telefónicos...
sin embargo todavía sobreviven los correos;
incluso más de cien buzones aún adornan Buenos Aires.
Los calendarios no vencen porque sí.
En esta era contemporánea
por poco encontramos de todo;
hay hasta criaturas de la nueva clonación
–espejos que retrasan el reflejo de sus padres–.
Lo extraño se hace usual por la costumbre.
¡Qué suerte que lo nuestro nunca cambie!;
La emoción que nos une sigue intacta.
Si no aumenta es solamente
porque no existen talles de vida
capaces de resistir más amor
que el que día a noche nos convidamos…”


Ariel Carrizo Pacheco
(2003)​

 

Mi pleno agradecimiento trasnportado en un saludo por pulsos telefónicos y nacarados satélites, ¡hasta pronto!

 

¡Muchas gracias, querida Sandra! Una nostálgica reflexión has dibujado con palabras llenas de verdades. Es una alegría saber que te gustaron estos versos que tienen sus años, pero aún no habían dejado las sombras. Te hago llegar un afectuoso abrazo vencedor de distancias. ¡Hasta pronto!:

Ariel

 

Gracias, querido Jorge, ¡un gran abrazo!

 

¡Un fuerte abrazo, y mi agradecimiento, estimado Poeta!