Lo que quedaba de mi alma

Sin pensar dos veces lo que acababa de decir sentí en lo mas pleno de mi ser, una alegría que osaba regocijar y repetir aquellas plenas y vacías palabras que mi cuerpo acababa de decir, no entiendo como por unos segundos pude percibir la grandiosidad del firmamento que realizaba tan profunda reconciliación, que hacía de mi cuerpo uno solo en el vacío del horizonte, iluminada con las estrellas de la sabiduría, me atreví a alcanzar el espacio y a llorar con la gracia de las cosas que sin el sin sentido común caminaba sobre mi paso, sin musitar un sonido me senté en la lejana soledad diciendo palabras que solo el viento puede escuchar en las sombras de lo absurdo y en el abrigo de lo estúpido, sin pensar en lo que podría pasar me aleje de las sombras y me puse a caminar, caminé sobre rocas que inspiraban dolor, sobre flores que calmaban la angustia y sobres frías llamas de fuego que no lograban quemar lo que tenía de integra mi salvedad, busqué sin medida y con ya el paso desenfrenado llegué a un lugar donde nada podría espantar mi libertad, ni apaciguar la energía que aún quedaba en mi alma, sin preocuparme por el tiempo me senté y me puse a pensar cuando por algo que no logro explicar mi boca se movió y una fría y dulce voz salió de mi interior diciendo muy seriamente; esto acabó es solo el final en la nada que nunca pudiste hallar.

 

buen poema. Sigue así. Saludos