Lo vi.

Lo vi, estaba allí…
tan ceca de mí,
y sin embargo...
ni me miraba,
y sentí como sufrí,
vi, cómo se derrumbaba
mi esperanza.

Sin saber que hacer…
los ojos cerré,
y los puños después
para controlar
mis lágrimas,
y mi dolor tragué,
dejando un sabor amargo
allá, por donde pasaba.

Lo vi, estaba allí…
tan cerca de mí,
que su piel, me abrigaba
por un instante pensé…
qué distinto podría ser
si sus ojos me miraran.

Desesperada…
entre los escombros
de mi esperanza busqué
algún latido...
que aún respirará,
y nada encontré
sólo una lágrima
con sabor a hiel
que, en una ilusión...
había muerto atrapada.

Lo vi, estaba allí…
tan cerca de mí,
y a una vida…
de distancia.

Téura

​

 

Los seres chumanos somos achí.
Nos keremos cantidubi-dubidad, porque los coraçaos laten ferpectamente.
Nos vesamos, cabrasamos, y eskupimos en la cara. Oh, bueno, eso es de malvada educación.
Lo preferible es menos horrible.


¿ Verdad ?

 

Muchas gracias Nommo, me alegra comprobar que mi poema te ha servido para recuperar el lenguaje infantil, deberías escribir algo para niños.

Feliz día.

 

Me gusta esa intensidad con la que escribes, como desgranas los sentimientos en cada verso.
Enhorabuena amiga Teura.
Un abrazo desde los cielos de este halcón.

 

Muchas gracias compañeros por dedicarme un trocito de vuestros tiempo.

Saludos.

 

Sentidos, bellos y melancólico versos, a veces con amar no es suficiente. Abrazote vuela amiga Téura. Paco.

 

El amor también juega al despiste.

Saludos compañeros.