Loco

No me preguntes por el tiempo ni por las horas
Mi reloj enmudeció bajo la amarilla almohada de la vida
Quiero creer que no tengo edad justo ahora
Que la primavera confunde el otoño de mis días

He de encontrarte, no tengo duda, en algún momento
En los eones de ayer y de mañana, aún no vividos
Voy por la angustia profunda, por un hondo sufrimiento
Dejando atrás lo que soy, olvidando lo que he sido

Pero no dudo niña que he de encontrarte
Aunque deba emerger del más profundo abismo
Y este amor indescifrable al fin podré explicarte
Sin esconder mi vergüenza en el cinismo

Y he vuelto mi mirada hacia atrás y te he visto
Y he mirado hacia adelante y te percibo
Dicen que es mi corazón que grita que no existo
Dicen que es mi alma que susurra que no vivo

Loco mi cerebro de realidades, sucumbió a las horas
Cuerdo mi corazón se fue embriagando de tiempos
Mendigo invisible de tu amor, huyo impaciente del ahora
¡¡Impulsado en el mañana de mis sueños!!

Unsenderosinfin

 

Hola la vida no es dificil, es que no has aprendido a conquistarla. Saludos y estrellas
¡SONRIE

 

Debemos de ser dignos de la esperada esperanza, dice Galeano,
recuerda entonces que, siempre el día sigue a la noche, la luz se filtra en la oscuridad,
me gustó el ritmo de tus versos y el giro en el penúltimo párrafo,
lindo poema, saludos desde Panamá.

 

A veces un poema no es la vida, es apenas un momento de ella. Igual concuerdo con tu concepto; gracias por él y por tu visita.

Álvaro

 

María

Algunos poemas, los tristes generalmente, nacen en momentos de penumbra de la mente, de la conciencia; en momentos de desencuentro del alma y el tiempo (una frase de un poema que escribí hace unos años). Pero la poesía es vida y se propaga en la luz, y la vida es luz. Yo escribo porque la poesía me llena de luz cuando entro en lapsos de penumbras. Porque mantiene vivo lo que debería estar muerto. Porque la poesía me dice que la vida es hermosa cuando la tristeza busca cegarme. Porque la poesía me hace palpar lo intangible, lo no logrado, lo no alcanzado, lo que nunca pasó de ser un sueño. No soy buen poeta pero agradezco a Dios la gracia del deseo de escribir. Gracias María por tu visita y por tus conceptos.

Álvaro