Locuaz loquero

loquero nocturno, mañanero
cuando repartìa diarios a las 5 de la matina
por el barrio de Caballito
Buenos Aires Capital Federal Caba Argentina argentea
friamente plateada
arltianamente, como una plancha metalera

me cago en Dios, me dice el diariero; actualmente
ya no son puestos de diarios, solo se ven
toda clase de chucherìas, parece màs bien
una jugueterìa

no se vende un periòdico
ni por casualidad

pero antes, hace muchos años
se voceaban en las calles, los purretes
los vendìan todo el dìa, recuerdo
a un anciano, ya debe haber muerto hace años
decrèpito ya, los vendìa todo el dìa, a la noche incluso:
habìa varias ediciones

se vendìan como pan caliente

y era hermoso pasearse por las calles de madrugada
cuando no habìa nadie por la calle (salvo excepciones honradas)
nadie en los edificios
nadie, excepto quien esto escribe

ya me conocìa el recorrido de memoria
ademàs garpaban bien, relativamente

poderosamente, llamaba la atenciòn
y estaba sorprendido, gratamente

esto es todo y es casi nada, a veces el dueño del puesto me prestaba
determinados fascìculos de poesìa que publicaba el CEAL:

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