Los abismos del tiempo - soneto de rimas separadas

Los abismos del tiempo

Nos cruzamos de frente por la calle
después de tantos años que han pasado,
cuarenta son, en cálculo cabal,
¡Oh! de qué forma el tiempo nos castiga.

En mi memoria guardo aún tu talle
y el rostro del que estuve enamorado;
yo te ignoré al pasar, estuvo mal,
pero estoy gordo y calvo, vieja amiga,

y en ti tampoco pude ver la bella
mujer que otrora arrebató mi mente,
nada atisbé de la frescura aquella
donde quise beber, hermosa fuente.

El tiempo es un creador de abismos,
ninguno de los dos somos los mismos.

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Juan, Juan, amigo mío. Ya no somos los mismos. Con los años evolucionamos física y psiquicamente, y hay un momento en que se produce el punto de inflexión donde comienza el declive . Es la vida , no queda otra que aceptarlo.
Yo siempre tuve mucho pelo y pensé que nunca me quedaría calvo, hasta que un día mi hija pequeña me sacó una foto de mi coronilla sin que yo me diera cuenta. Madre mía , cuando lo vi y observé esa calva que desconocía hasta ese momento. Mi hija se reía , como era lógico, pero yo me quedé reflexionando. Al final , si el tiempo o la providencia lo permiten, seré calvo , je,je.......
Abrazos

 

Mi estimado Juan, con cuánto placer he leido tu poema, sigues siendo el genial y amirado poeta de siempre.
Este poema tuyo, como siempre bello, me ha recordado alguna frase creo de Campoamor

"Y el dijo: esta es aquella? y ella quizá dijo: y este es aquel?"

 

Razón tienes, estimado Luis, pero en cualquier caso esta es una impostura más de las mías; aunque los años han pasado sobre mi inexorablemente ha tenido el tiempo cierta piedad conmigo y ni estoy gordo (soy un tipo más bien delgado pues 65 kilos para una estatura de 1,70 creo que no está mal) y el pelo lo conservo muy bien, ni siquiera tengo "entradas" ni "coronilla", aunque, eso sí, con bastantes canas ya.

En donde sí hay algo mío es en la anécdota que narro ahí; fue una vivencia que tuve recientemente al encontrarme por la calle, por aceras diferentes, con un antiguo amor de juventud con el que dejé de verme hace ya muchísimos años. Ella estaba tan cambiada que casi no la reconocí y yo, por supesto, también lo estoy con respecto a aquellos tiempos; de manera que me dió cierto "corte" acercarme a ella y saludarla; pensé por los dos : cómo se sentiría al verme estando ella tan cambiada y cómo me sentía yo que también tengo otras "marcas del tiempo" en las que a veces ni yo mismo me reconozco, aunque no sean la gordura ni la calvicie. Por eso decidí "hacerme el loco"; probablemente le pasó lo mismo a ella también.

Gracias por tu comentario, amigo

Un abrazo.

 

ja ja ja....muy bueno. Qué envidia: 65 kilitos. Te daba yo unos cuantos míos , je,je......
Abrazos