Los caminos y sus letras

Con qué inmunidad
cultivamos acentos
como puentes colgantes
sobre una hoguera?
Un insulto, una bocina
cualquiera nos devuelve
a la fantasía, a la noción
de un laberinto que desconocemos
al dedillo.
No se trata de aborrecer
la arquitectura maldita de la vigilia,
juntada a pala como escombros de un sueño compartido, que apuntalamos con adormideras cuando hacemos fiebre: lo que buscamos de cualquier fuente de sustento es lo vomitivo.
Después de todo no damos rédito a esa división insólita entre el grillete de los dioses o los ministros del pueblo;
más bien la padecemos, como quien verifica la orfandad o la tristeza parado frente a una vidriera desolada, un día cualquiera
de paredón y viento.
Jornaleros somos, por respeto, y
a veces cometemos la grosería
de ceder el asiento
al primer sinsentido del alba.
Cualquier temor es presentado como una hazaña, propia de los espíritus quejumbrosos y vacilantes.
Tiene otro nombre, la otredad, en la jerga de los hacinados, que no recordamos.
Por ahora sólo se acepta esta oferta:
desde la ventana anulada al patio,
de un país improbable y tapiado;
la inutilidad de multiplicar símbolos como pisadas, como gazapos de nadie,
hasta que la primera
lluvia borre los caminos y sus letras
con la patética precisión de la indiferencia.

 

Los acentos proliferan dentro de un idioma que parece cada vez más indiferente. Un saludo, Riolita.

 

Gracias estimado goodlooking por tu presencia.
Sí, parece que no terminamos de ratificar el silencio cuando ya se inician obras en nuevas torres de Babel.
Gran saludo.

 

Es que somos muchos, cada vez más dispersos, localistas y neologistas psicopáticos. El chicle se está estirando demasiado.
Un abrazo.

 

Me quedé estrellada con los enigmas y me chorrearon las estrellas y se fueron haciendo glu, glu, glu pero no pude entender su lenguaje encriptado.
Un glu, glu, leerte.

 

Es precioso, uruguayo, ha sido un placer la lectura de tus versos, espero no te demores con más, es difícil ver los escritos de todos pero se intenta, un abrazo, poeta.

 

Ja ja qué grande amiga.
No importa si no se descifró;
yo sé que vos sabes
que existen dos soles.
Un abrazo Luciana!

 

Gracias estimado Maroc, para mí ya es un honor que hayas pasado por aqui. Un gran saludo compañero.