Los cuentos de Lucas II

LOS AZULES (primera parte)

Los veíamos pasar despacio, con la ventanilla bajada y mirándonos, nunca se pararon, fue por entonces cuando se comenzó a llamar lecheras a sus Seat 131 ranchera por su color; el blanco, también es el color de la leche y de ahí el nombre que les dieron a los coches patrulla de la Policía Nacional, hoy en día los jóvenes que no saben nada de la Policía Nacional de finales de los años setenta y los años ochenta, llaman a los furgones de la UIP (Unidades de Intervención Policial) lecheras aunque sean azules.

Tras quitarles los uniformes de color marrón primero los vistieron con una chaqueta azul, pantalón azul, camisa blanca y zapatos negros típicos de policía, nada más ponerlos iban en parejas, hasta que a un loco irresponsable se le ocurrió que se fueran a patrullar solos, pasó lo que tenía que pasar; a un policía nacional joven le atacaron y consiguieron quitarle el arma por la zona del Paseo de Extremadura.

Uno de los recuerdos más vividos que tengo de la Policía Nacional es cuando utilizaban las operaciones cerco; utilizaban casi todos los medios a su alcance; parejas de policías a caballo al rededor de los poblados, coche patrulla, furgones e incluso helicópteros para controlar la situación desde el aire; desde arriba. Aquel día le tocó a La Celsa, debería haber allí unas doscientas o trescientas personas adictas pero no sabían nada; los vendedores del poblado no eran surtidos por los que introducían la droga dentro, la situación era muy tensa y peligrosa, los toxicómanos enmonados recorrían un punto de venta tras otro intercambiando noticias para saber donde se podía comprar algo, este tipo de operaciones eran un auténtico fracaso porque miles de toxicómanos recorrían Madrid de arriba a abajo buscando una dosis, creando un clima de nerviosismo y violencia, no encontraban nada, la gente había cortado la Carretera de Villaverde a Vallecas y un miembro de un furgón cogió el megáfono y dijo:
-¡Por favor, marcharos... no veis que no hay nada!

Esta exclamación muestra el buen talante de este policía y los sentimientos que tenía hacia los adictos, otros policías que me crucé en La Celsa no eran tan amables y parecían carecer de sentimientos pero esa es otra historia que no va de los azules.

Ocurrió en la Avenida de Guadalajara, no en Los Focos (o "Las bañeras") sino en el barrio de casas prefabricadas que había más abajo, entré buscando, como de costumbre, pero lo que había no me gustó, con lo que decidí irme, me dirigí a una de las entradas que tenía ese barrio vallado con un muro de hormigón, allí estaban; cuidando aquella salida, (era salida y no entrada porque salíamos del barrio, no entrábamos) los vi de lejos pero no me preocupé, estaba seguro de mi escondite, era una patrulla la Policía Nacional, al acercarnos a ellos nos llamaron la atención pasada identificarnos, les dimos el DNI (Documento Nacional de Identidad) pero no se quedaron contentos.
-¿Habéis pillao? -preguntó uno con unos cincuenta años y barba canosa.
-No, nada -era verdad.
No nos creyeron y comenzaron un cacheo, pensé que era un cacheo superficial pero no.
-Quítate las zapatillas -dijo el de la barba.
Eran unas zapatillas con una plantilla gruesa y ergonómica que encajaba perfectamente en el calzado, me temi lo peor, seguramente él pensaba que encontraría una pequeña cantidad de droga en aquellas deportivas, lo que no sabía era que utilizaba el espacio bajo esas plantillas como escondite, el policía miró concienzudamente pero no se cosco de nada, debajo de la plantilla había más de medio millón de pesetas, en alguna ocasión llegué a llevar tres millones dentro de las dos zapatillas, casi siempre en billetes de cinco o diez mil, las zapatillas eran muy flexibles y con el peso del cuerpo tras caminar un rato los billetes quedaban aplastados; no se notaba que iban bajo las plantillas, jamás se dio cuenta ningún policía pese a que en aquella ocasión asomaba un trocito de la esquina de un billete, siempre he tenido buena estrella para estos asuntos, los únicos que sabían donde iba el dinero eran sus destinatarios pero nunca abrían la boca.

Fue una noche mientras estaba haciendo una pintada en una sucursal del Banco de Bilbao, el compañero de despistó y se me echaron encima, eran los centauros, (policías que patrullan de noche) el hombre exclamó:
-¡No corras!
Y corrí, me atrapó a los cien metros aproximadamente, se había llevado las llaves del coche dejando a su compañera sin poder arrancarlo, por eso corrió; de otro modo me hubiera cortado el paso con el coche patrulla, me atrapó con menos dificultad debido al macuto con las cosas y una valla de metal que me cortaba el paso, ambas cosas frenaron mi carrera, cuando vieron que la pintada estaba escrita en vasco se mosquearon porque no entendían su significado y le tomaron una foto, el hombre se puso a cachear mi macuto y encontró una braga, un bote de spray y silicona, todo esto lo habíamos utilizado en un Eroski; otra empresa vasca, sellamos su cerradura con silicona y palillos de dientes, también utilizamos el spray para hacer exactamente la misma pintada, nos salió muy bien; no pasaba nadie y nadie nos denunció e incluso fuimos precavidos; limpiamos el spray para no dejar huellas y lo escondimos en un lugar de difícil acceso, era un sitio fuera de la vista y ni los barrenderos lo habrían encontrado, debido al éxito volvimos a por el spray para utilizarlo utilizarlo en el banco, (y no era uno para sentarse) una vez en el coche patrulla y esposado pregunté:
-¿Sois de la UIP?
-No -respondió el chico a secas.
Me di cuenta rápidamente de que no eran miembros de la UIP por las insignias de sus hombros.
-Yo no te he tocado -dije desde el asiento trasero.
-¡Me lleváis a información, verdad!
-exclame con certeza.
Lo de yo no te he tocado lo dije porque él si había tocado y de paso quería asegurarme de que no me acusarán de atentado porque pueden ser hasta hasta cuatro años de cárcel lo que pide el fiscal por ese delito. Me tocó y muy bien; me dio cuatro puñetazos en la cara que me dejaron un hematoma en la mandíbula de recuerdo, por eso me llevo al médico, llegamos al centro de salud y les pedí que me aflojaran las esposas porque me dolía la cicatriz de una operación reciente en la mano, me las aflojó el hombre, pasamos a ver a una doctora, la doctora hizo un extraordinario parte de lesiones, el policía se cabreo porque era una buena prueba para acusarle por agresión, al salir de la sala de consultas murmuró en mi oído:
-Esta puta no folla.
De ahí me llevaron directamente a la Brigada Provincial de Madrid, me dejaron solo en un aula donde había una vitrina que contenía un cóctel molotov simulado y una cabeza de un maniquí con un pasamontañas, al poco trajeron a dos chicos de Vallecas bastante callados y asustados , los sentaron junto a mi, estaban allí por reventar un mitin del PSOE, los había sacado la gente de seguridad y ya en la calle a uno de ellos le hizo una brecha en la cabeza de un porrazo un miembro de la UIP, le tuvieron que coser con doce grapas, cuándo llegó en momento de bajarme a los calabozos aparecieron tres antidisturbios (UIP) como tres armarios y me metieron en el ascensor, pensé que iban a darme la del pulpo, de camino a los calabozos los antidisturbios me dieron una charlita, que si nosotros también somos de barrio pero no hacemos esas cosas, que si con la edad que tienes no sabemos como te dedicas a hacer estas cosas, poco más porque el camino entre la Brigada Provincial y los calabozos tenía algo más de cien metros, la perra, era la mujer policía y por eso la nombro en femenino, esa cabrona fue la que hizo la foto con su móvil, no hizo nada más que eso; me detuvo su compañero, la idea de llevarme al médico fue de su compañero y me aflojó las esposas su compañero, luego ella se dedicó a ir enseñando la fotito a toda la unidad de calabozos que se encarga de los detenidos con la intención de que me hicieran la vida imposible, un policía encargado de desnudar a los detenidos por si esconden algún objeto en su cuerpo me dijo:
-Te voy a poner los electrodos en los pies.
No lo hizo, sólo pretendía acojonar. La nueva Brigada Provincial de Información está en la comisaría de Moratalaz, allí casi todo es distinto a lo que había en la desaparecida DGS, (Dirección General de Seguridad) el caso es que me hicieron algo que no esperaba; en vez de meterme en una celda con más detenidos me pusieron en un calabozo de aislamiento, lo único bueno que tienen esos calabozos es que hay un lavabo dentro, fue entonces cuando me pusieron el mote, uno dijo:
-El batasuno a la dos.
No tenía ni idea lo que era la dos hasta que me di de cara con la celda de aislamiento, al final en ese calabozo metieron a tres personas; un traficante que colaboraba con guardias civiles también traficantes y que habían traído en un avión desde Ceuta para llevarlo a la Audiencia Nacional, el chaval de las grapas en la cabeza y yo, luego vinieron los de la científica a joderme un poquito, son los que toman las huellas y hacen la fotografía donde siempre sales con mala cara, uno de ellos mirándome fijamente a los ojos de forma retadora me espetó:
-Di viva España.
No lo dije, se digirió a mi con otras frases desagradables pero sólo recuerdo una; "ves esos negros que hay detenidos... pues son más españoles que tú", cuando trajeron a los de Vallecas volvió a las andadas diciendo:
-¿Queréis ver un radical de verdad?, aquí lo tenéis -contesto él su pregunta refiriéndose a mi.
Pasamos la noche charlando entre los tres compañeros de detención, cuando llegó la mañana uno se fue en una cunda, otro en otra y así hasta que pasaron todas las cundas y me convertí en el único detenido que había en los calabozos, estaba de mala hostia y grite exclamando:
-¡Oiga, yo cuando me voy, han pasado todas las cundas y sigo aquí!
Me contestaron mal pero no recuerdo las palabras exactas, lo que no sabía es que me largaban a la calle, salí esa misma mañana con los ojos escociendome por el sol debido al efecto de tantas horas bajo la luz eléctrica que había (hay) en ese centro de detención, el motivo por el que me pudieron en libertad y las personas que lo hicieron no tienen nada que ver con los azules, lo dejo para otro capitulo.

 

Perdón; se me escapó el dedito.

 

Sí, es realista, son situaciones en las que se puede ver envuelto cualquiera dependiendo de sus circunstancias vitales, es verdad que tiene un trasfondo politico social pero la existencia de todas las personas lo tienen, no se trata de una excepción.

Gracias por avisarme de la repetición de cuando, suelo despistarme al publicar pero no siempre, ahora lo corrigo.

Dar la del pulpo tiene otro significado que no es caer de golpe porque el pulpo es un animal con muchas "manos" y si te diera una paliza recibíamos una gran cantidad de golpes, cuando escribí "pensé que me iban a dan la del pulpo" quería decirte que pensé que me iban a dar una paliza tremenda.

Mote está en la RAE con lo que no habrás tenido problemas para saber lo que significa.

Batusuno sería un miembro de Herri Batasasuna o una persona que simpatiza con esa organización.

Escribí algo sobre expresiones españolas te voy a enseñar unas cuantas (no sé si alguna está en ese texto porque las cito de memoria).

Estás la coña de guapa o estás de coña o no me des la coña.

Esta es una come bolsas.

Eres una pelandusca.

Comes pan de coño.

Ta faltao el canto dun duro.

Eres más falso que una moneda de madera.

Díselo sin medias tintas.

Son jinereros (de Cuba).

Tas pasao tres pueblos.

Saca la fusca o saca el trasto o saca la pipa.

Te come la envidia.

No te comes ni una rosca.

Me la he calzao.

A ese se le ve el plumero.

No me va ir de sujeta velas.

Está cayendo txirimiri (vasco).

A ese se le va la pinza.

Son unos pelotas.

Ta dao platón.

No me hace ni pizca de gracia.

No me cae ni fu fa.

Los toy junando (caló, significa escuchando, también se utiliza en Argentina, allí junar es mirar).

Achanta la mui (de gitanos pero no sólo).

Son unos puretas (puretas viene del caló).

He bailao pogo cuando era punk.

Está lleno hasta la bandera (de la tauromaquia).

Podría seguir pero creo que yas tas bien (Ya's ta es una famosa discoteca madrileña).

Si te ha gustado y la sigues leyendo te vas a hartar porque es muy, muy, muy larga, más que eso. Hay capítulos que no están escritos, sólo tengo los títulos, seguramente añadiré más.



Así era la parte nueva de La Celsa en sus últimos tiempos, antes tuvo chabolas, (del vasco txabola) la parte vieja estaba al otro lado de la Carretera de Villaverde a Vallecas que divia el barrio en dos partes, que recuerde estaban en esa carrera los poblados de La Rosilla, La Celsa, El Pozo del Huevo, Las Barranquillas y Los Pitufos, al Rancho del Cordobes se accedía por un camino de tierra que partía de esta carretera y el Pozo del Tío Raimundo estaba muy cerca, prácticamente pegado a La Celsa.

Un abrazo Marlene.