Los ladrones-misioneros.

Te pueden tildar de anormal,
tachar de hediondo,
golpear en el cuello,
patear tu lombriz,
pero entre ambos garbanzos,
dan jugo de sobra,
para engendrar otro Gremlin,
boquiabierto y peludo, como tú.


Es verdad que en el Kremlin,
ya no los fabrican así, Guizmo,
puesto que procedes de otra galaxia,
donde los muñecos diabólicos,
hijos de Chuki, no pudieron
clavaros tenedores en los ojos.


Es por ello que, batracio mamífero,
croador de ovillos de lana,
pequeño ajedrecista, nieto
del extra-terrestre Alf,
¡ No debes entristecerte,
si vuestro enorme platillo volante,
se despeñó en Moscú,
al ser alcanzado por un proyectil,
lanzado por las hordas de Lenin !


Tranquilízate, ogro bendito,
y trata de guisar manteca
de cacahuete, como solías hacer,
en aquel campamento de verano,
al que fuimos, en Nigeria,
para dar de comer a los pobres
de solemnidad.


¿ Recuerdas sus serenos rostros,
fatigados por el insomnio,
puesto que sólo bebían café ?
Pobres retrasados mentales,
tiznados, como el petróleo,
que es llamado " oro negro ".
Sin embargo, el día en que nos apresaron,
les mordiste en el gaznate,
¡ Ñaca ! Uno a uno, a los cuatrocientos
cuarenta y cuatro yoruba, que lanzaban
ceniceros llenos de escupitajos.


Los lanzaban contra Noos.
Pusimos tierra de por medio,
tú, yo e Iñaki Urdangarín.
Las tribus aborígenes allí presentes,
nos señalaban como ladrones
de guante blanco, al estilo de
George Clooney y Matt Damon,
en la película Ocean´s eleven.





Pero los esquivábamos.
Tenemos buenos reflejos.
Dime quién te está dando guerra,
que yo le daré un latigazo
en su lombriz, en sus garbanzos,
y un pisotón en la frente.
A ver si de esa manera,
ensancha su mente.


¡ Ancha es Castilla !

 

¡ Aldonza, gracias, mujer ! Se nota que me quieres mucho.
Intento hacer gala de, si no el desmadre a la americana, al menos, el despropósito.
O sea, lo contrario del placer y la satisfacción, en pro de la enunciación de unos principios netamente horizontales.
Porque a lo lejos, parecemos hormigas. Nos vamos fundiendo con el horizonte.
De ahí que haya una fusión constante, con el Mar.
Nos fundimos con él, y somos él.
Pero a veces, el Mar nos da la oportunidad de manifestarnos y crear alguna nueva terapia.





En este caso, mi terapia significa la aprehensión o captura, del horizonte.
Lo que en Surf, se conoce como ola gigante.
Es una ola potente que barre con todo.
O sea, hay estatura ( Orden ), longitud y avance ( Favor ), y anchura ( Dolor ) en movimiento.
Luego por tanto, mucho sentido común.
De ahí que sea más fácil ser genial, que tener sentido común.
Porque el sentido común es muy espacioso, y ese espacio puede estar mojado, como el Mar.