Los lamentos del toro

En este encierro y ya perdido
marcado al lomo por odiosa pica
mi sangre se derrama y mancha el suelo
y lo mismo le pasa a mis compañeros.

Tres miserables días llevamos
sin agua, sin pasto, nada de alimentos.
La lengua arrastramos somnolientos
como vara mágica en busca de sustento.

Ya sentimos la bulla glamorosa
el toque del clarín diáfano y profundo
la violencia en las gargantas aflora
y la muerte en la plaza se emociona.

Sale el séquito cobarde y asesino.
Muestran a los tendidos las afiladas espadas.
Los briosos caballos orgullosos pasean
y las flores y el vino dan gran colorido.

Nos miramos los cuatro entre sí
y el coraje al hambre y sed vencen
nuestros cuerpos tumefactos despiertan
y la casta… La casta en los ojos refulgentes.

Sansón nos pide ser el primero
y al toque agudo de la trompeta
aguerrido al ruedo se lanza
y tras hidalga lucha sucumbe ante el espada.

Torero, torero, torero.

Ole, ole, grita el gentío emocionado
mientras arrastran el cuerpo del amigo
que burlón en su boca muestra
una sonrisa vencedora al cruel castigo.

corre por toda la arena, airoso se muestra
no quiere mostrar sus padecimientos
de los días sin comida y la sangre esparciendo.

Su faena pletórica y bella
el torero se asusta ante tanta furia
y para el pobre animal más castigo pide
y traidor la espada en sus entrañas hunde.

Ole, ole, se escucha denuevo en la plaza
las orejas, las orejas, piden a rabiar
vuelta al ruedo al valiente animal
que con su bravura mal rato les hizo pasar.

Gitano me ruega el tercer puesto
es al que más daño el encierro ha hecho
y cree que con más tiempo
sus patas no puedan con el cuerpo.

Saca fuerzas de flaqueza
y bronco a la guerra marcha.
Ha perdido tanta sangre
que el torero ràpido lo despacha.

Tres cuerpos he visto pasar.
Tres seres inicentes muertos por placer.
Nosotros criaturas de la naturaleza
que al hombre deseamos amar.

Cuánto no daríamos por estar en el potrero
deleite en los campos, el ´´ia ver pasar.
Recostar nuestros cuerpos en la cerca
y que una mano humana nos venga a acariciar.

Pero no... se impone la maldad.
La fgma, el dinero, las mujeres
es el lujo que se quieren dar
y en vez de ternura, ríen por matar.

La ira me ciega, mi cuerpo se estremece.
Me lanzo en todo mi esplendor
también mi pobre vida voy a entregar
pero a mis compañeros debo vengar.

Se acerca el torero. Mi mirada turbia
mansedumbre, manso le debo aparentar
se detiene, el capote y la espada lista.
Embisto fiero y con el pitón lo engancho
y al cielo lo lanzo.

La plaza enmudece, todos me atacan.
La risa se convierte en llanto por el ser querido
y muerte y muerte , muerte piden
para el asqueroso toro asesino.

Las espadas entran en mi cuerpo
pero ya sangre en mi ser no fluye.
Dolor no siento ante tanto castigo
y se suprima esta fiesta es lo último que pido.

 

Gracias amiga, por tu buen comentario.

 

Gracias, amiga por tu comentario.

Saludos