Los nadie (y mi mundo azul)

Los nadie (y mi mundo azul)


Sigo en la tumba, excavando sobre mi propio ser. En la cueva, buscándome en mi mundo, maravillado y tormentoso. Desearía tener las respuestas y sentir la luz verdadera. Desearía aprender a decir esas palabras que todavía no se decir. No encontrar tras de mi a aquel ángel perseguidor.
He sido devorado por mi propia razón y han clavado una daga negra en mi corazón por cada día que ha existido la humanidad. Mis neuronas son plásticas y mi carne de metal. Viajo a través de los siete mares guiado por el sol y navego por el espacio, y me enfrío. Tiemblo, me estremezco, aúllo y arranco mis cabellos. Soy amor al odio, soy odio al amor. Mi mente es la nebulosa plateada que acecha las dimensiones oscuras y recónditas de mi vida. Y aunque me deleito de escuchar el sonido y su velocidad, más me regocija que vuele sobre mi cerebro y corte las raíces de mi espíritu material.
¿Está lloviendo? ¿Está nevando? Es la sangre y es el fuego. Es el río enloquecido aniquilando la playas, devastando los huesos. ¿Son las bombas? ¿Son las máquinas? Es casi demasiado tarde para saberlo, pero sé que el peligro está creciendo.
¡Ven! Tómame de la mano y ríete conmigo, y lloremos, y sintámoslo todo hoy. ¿No ves que soy tan azul? ¿No ves qué frágil soy? ¿No ves qué perfecto soy? ¿Ahora no lo ves? Todavía llevo en mí sentimientos que no puedo sentir y estos gritos son la imparable lucha que mantengo conmigo mismo. ¿No ves que necesito ayuda? Te lo suplico, no me desilusiones, este es el último día.
¡Ven! Mira como los asombro y tiento de caer cuando ejercen el contacto digital. Y finalmente caen como astronautas en vacíos de miedos arrogantes. Todavía podemos verlos desde lejos... y caminan, ellos lo saben, pero no conocen su final. No conocen sobre reyes, ni de esmeraldas, ni de piedras filosofales, ni de victorias con rosas arrojadas sobre sus cabezas. Adoran entre velos de nostalgia aquellos tiempos de peces silueteándose bajo el agua y recurren al recuerdo con pena y ansias de un destino redentor. Y cada vez son más, hasta que se convierten en multitudes dotadas de variedades generacionales que desean trascender hacia algo superior.
Poco a poco se van olvidando de las hadas, de los magos y de las alfombras mágicas que, dormidos, recaen profundamente en sus abismos cada vez más infinitos. Pero son expertos en nacer todas las mañanas entre agujas de relojes brillantes y en soñar por las noches con empaques de monedas en abultadas cajas de cartón.
Los nadie se han olvidado de sí mismos, y no encuentran a quién culpar por tal pulverización. Nosotros reímos al poder verlos desde aquí y ellos caminan, solos caminan sin cesar...

 

M/Santiago/M:

Un buen texto, buenas imágenes amplio y original vocabulario, fuerza y creatividad, todo fundido para una grata y un tanto esotérica lectura

Un saludo


Jaime