Los ojos de la doncella de hierro

Sangre, néctar del recuerdo universal
me mientes pero sé como encontrarte
sabes lo que quiero, quiero dominarte
ahora estás abierta, sumisa, en mi romancero bestial.

Dolor, única droga que duerme al cuerpo
inmóvil, inerte recuerdas que no existe el olvido
que existen instintos, que existe deseo
calla los sentidos, recobra lo verdadero.

Di que me amas y me mentirás
di que me olvidas y me seguirás mintiendo
cuando el cuerpo no encuentra límites
el fuego despierta la verdad de todo esto.

El deseo más puro, lo sagrado
la libertad de la mente y el alma
bien sabes como encontrarla
la razguñas cada día querida!

Toma del cáliz de tu carne
derrama sangre sobre sábanas frías
amo tus mentiras pero más tu verdad
sígueme libre, sigue el instinto...