Los separatistas

Si los separatas quieren
echar a la monarquía,
que se harten de maría
para que no desesperen.
Y mientras tanto se esmeren
en limpiar sus corrupciones
y quitar de sus balcones
esas cutres esteladas
en el tiempo desfasadas
que les convierte en bufones.​

 

Muchas gracias por tu visita y comentario, amigo Luis. Es lo que tiene el fanatismo, que es lo mismo que el fascismo que a ellos les gusta llamar a los que no comulgan con sus ideas delirantes de independencia. Siguen a un ladrón corrupto llamado Jorge y a un lunático llamado Oriol, pero lo mismo daría que se llamaran Cocomocho o Rufián, son tan cortitos que no se dan cuenta que sólo los quieren para su propio beneficio, porque si fuesen conscientes, en vez de en la independencia que no van a conseguir, exigirían a sus gobernantes que se gastasen el dinero en volver a poner a Cataluña en el lugar que ostentaba antes de su cruzada, que era la que tenía el mayor PIB de España, ahora superado con creces por Madrid, que se está llevando todas sus empresas buscando la estabilidad.

 

Los separatistas, al igual que muchos extremos políticos, no buscan cambiar el eje del sistema, que eso es solo discurso. Buscar cambiar el eje del poder y tenerlo accesible a sus manos.

 

Totalmente de acuerdo, como se pregunta la policía cuando lleva a cabo una investigación, ¿quién se beneficia? Pues eso mismo, sigue la pista del dinero y tendrás al culpable. El poder lo da el dinero y eso es lo que buscan los políticos, en general y los separatas en particular, para gestionar en qué se lo gastan sin darle cuentas al pueblo. El famoso tres por ciento de Ioda, más lo que no se ve y que se calcula en unos tres mil millones de euros en paraísos fiscales. Pero les siguen votando, no sé si alcanzarán la inmunidad, pero sí que ya son rebaño.

 

Así es, el mantra de los separatista de que España les roba ya está muy visto, los problemas que tienen es por el latrocinio de sus gobernantes y el uso fraudulento que están haciendo de los recursos de los catalanes, que en vez de utilizarlos para levantar la comunidad, lo emplean en embajadas en el extranjero, propaganda separatista y mantener al parásito de Puigdemont en su mansión de Waterloo, entre otros.