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Luna

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Luis Á. Ruiz Peradejordi, 9 de Mayo de 2021. Respuestas: 12 | Visitas: 846

  1. Luis Á. Ruiz Peradejordi

    Luis Á. Ruiz Peradejordi Poeta que considera el portal su segunda casa

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    La zona vieja de la ciudad, la que había sido en principio extramuros y acogía la primitiva judería, se había ido transformando con los años en el barrio de los artesanos. Allí los gremios se habían establecido agrupándose por oficios y dando nombre a las calles. Nombres que como cerrajeros, curtidores, plateros o panaderos, se habían perpetuado hasta nuestros días. Calles menudas, con frecuencia estrechas y tortuosas, pero, todavía, llenas de vida. A través de las ventanas abiertas se podía escuchar el trajín de la calle e, incluso, las vecinas podían hablarse de balcón a balcón, pasándose las noticias del día. Las ventanas lucían sus macetas de colores repletas de flores y el bullicio subía desde la calle empedrada hasta los áticos de la gente humilde.

    Por allí solía moverse Luna. Luna era una mujer de edad indefinida. Era guapa con una belleza algo racial, morena, no muy alta y de manos finas con largos dedos. Yo la veía con frecuencia, siempre en una esquina, a poder ser algo espaciosa, con un pequeño taburete para sentarse y una zanfona que, por su brillo y su cuidado, nadie adivinaría los años que llevaba encima. Instrumento laborioso de afinar, era tarea a la que Luna se entregaba con delicada minuciosidad. Pasaba los minutos dando el tono a cada una de sus cuerdas, hasta que conseguía arrancar un acorde melodioso.

    Entonces cantaba con una voz suave y una entonación perfecta canciones que la gente conocía y se paraba a escuchar de buen grado. Las mujeres hacían un alto y se detenían, posando sus cestas en el suelo y, siguiendo unas el ritmo con la cabeza y otras tarareando las melodías conocidas, descansaban unos minutos de las tares habituales. En un platillo que Luna colocaba delante, quienes recorrían la calle, dejaban unas monedas que la intérprete agradecía con un gesto de la cabeza.

    Los domingos, Luna cambiaba de lugar, se acercaba hasta la plaza que presidía la catedral gótica y allí, a unos metros de la puerta del mediodía se colocaba para su tarea. Las propinas solían ser mayores, pero también lo era la indiferencia de quienes paseaban por la zona, que prestaban muy poca atención a las bellas romanzas que interpretaba.

    Allí, en la catedral, la encontré un domingo por la mañana. En aquella ocasión, la acompañaba Anita, una sobrina de unos seis años, pecosa, simpática y dicharachera, que bailaba con gracia algunas de las piezas que Luna interpretaba. La pequeña bailarina había hecho que más gente se arremolinase y que alguna moneda más cayese en el platillo.

    Entonces, me acerqué a ellas y, por primera vez, me decidí a hablar con Luna.

    - Hola, es precioso eso que tocas- dije.

    - ¿La zanfona? – respondió con una ligera sorna.

    - La zanfona también es preciosa, pero me refería a la música que tocas- dije yo temiendo haber sido inoportuno.

    Luna se rió, con una risa franca, de esa en la que se aprecia que sale del corazón. Me explicó que tocaba cosas muy variadas. La mayor parte de las veces tocaba folklore de la zona y cantos populares, que había observado que solían gustar a las gentes que por allí estaban. También los romances antiguos, que las personas ancianas reconocían rápidamente, pero que las más jóvenes desconocían. Muchos de estos jóvenes pasaban de largo, pero quienes se quedaban a escuchar acababan sorprendidos, enganchados por la belleza de la música y lo intrigante de las historias.

    Yo comenté que me gustaba cantar, pero no hasta el punto de hacerlo en público.

    - Me encanta la música sefardí tradicional- comenté.

    Unos amigos de mis padres, que se conocieron cuando vivían en Marruecos eran descendientes de sefardíes y cuando se reunían alguna vez en casa, cantaban siempre canciones de aquellas que se llevaron al tenerse que ir de España.

    - Yo tengo antepasados sefardíes- me comentó Luna. Me miró con cierta seriedad, no exenta de curiosidad.

    - ¿Ah, sí? Pues hay una canción en particular que a mí me encanta- le dije, sin otra intención que animarla a ver si me cantaba alguna pieza de aquel folklore que tanto me gustaba.

    - Y ¿cuál es?- me preguntó.

    - Se llama “Tres hermanicas” – respondí.

    Al momento, afinó de nuevo la zanfona y comenzó a sacarle un sonido continuo, precioso.

    - Vamos, canta- me indicó.

    Me quedé dudando, mirándola incrédulo, pero asintió con la cabeza y al momento me escuché cantando junto a su voz educada y hermosa : “Tres hermanicas eran blancas de rosa y ramas en flor…”


    Seguimos cantando, de nuevo se acercó la gente y en el platillo de Luna, cayeron unas monedas más.


     
    #1
    Última modificación: 9 de Mayo de 2021
  2. Cecilya

    Cecilya Cecy

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    Me encantó la descripción de la ciudad al principio del relato. Será que esa clase de bellezas no las tenemos de este lado del mapa. Siempre agrada lo desconocido.
    Y fue el marco perfecto para esa página que narraste.Toda historia debe tener un marco, un espacio que la haga destacarse y tener sentido de pertenencia.
    Los sitios en los que hay artistas o artesanos siempre me llamaron la atención y el respeto y admiración por el trabajo que hacen, me aleja de esa indiferencia tan propia de las urbes en las cuales las personas son individualidades andando, sin tomar registro de los otros.
    La historia de Luna es agradable, como lo es compartir el canto. Como es, aunque sea por unos breves minutos, unirse con otro ser humano a crear un momento alegre que reconforta el espíritu. Instantes que hacen luminosa esta vida de grises.
    Me alegró mucho leerte en esta tarde de domingo, Luis. Ir a pasear por esas callecitas que parecen de cuento.

    Un abrazo con el cariño y admiración de siempre.
     
    #2
    Última modificación: 9 de Mayo de 2021
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  3. Luis Á. Ruiz Peradejordi

    Luis Á. Ruiz Peradejordi Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Yo vivo en una ciudad pequeña, casi se diría que mantiene esas proporciones que la dan ese nivel humano que las grandes urbes van perdiendo. Las callejuelas del León antiguo son parecidas a las de mi relato. De ese modo me es fácil retratarlas y sólo tengo que urgar en mi memoria para colocar las gentes en el paisaje.
    Luna es una de tantas artistas geniales, desconocidas, pero auténticas que dejan jirones de su arte por las esquinas de las ciudades. Por lo demás, la historia es una historia pequeña, de gentes pequeñas en una pequeña ciudad.
    Gracias por pasar por estas calles y detenerte a escuchar una canción. Soy afortunado por contar con lectoras como tú. Feliz día, Cecy. Un abrazo cordial y mi agradecimiento.
     
    #3
    Última modificación: 9 de Mayo de 2021
  4. Cecilya

    Cecilya Cecy

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    Pequeñas para el mundo, quizás, pero grandes e interesantes para las miradas sensibles.
    Nunca dejes de escribir.
    Otro abrazo.
     
    #4
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  5. R. Daniel

    R. Daniel Invitado

    Bellísima historia narrada hasta con el más minimo detalle, logrando que el lector se compenetre con los protagonistas y viva hasta la última nota como si fuera suya. Maravillosa prosa!!! Felicitaciones Luis por la indudable exquisitez de su escrito, aplausos y saludos para usted, Daniel
     
    #5
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  6. fabiolaselene

    fabiolaselene Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Buenas tardes grande
    Un placer entrar y verte en mi paso con tan hermosas letras, pues son la envidia de todo el que entra en ellas
    Un rebesazo
     
    #6
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  7. Luis Á. Ruiz Peradejordi

    Luis Á. Ruiz Peradejordi Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Me alegra que te haya parecido interesante. La canción "Tres hermanicas" es real, de origen sefardí. Nosotros la cantábamos siempre y era la preferida de Valentín.
    El relato es una mirada hacia el pasado reciente, un tiempo que como dice Jorge Manrique, "fue mejor" aunque eso encierre la subjetividad de quien lo dice.
    Un abrazo y buenas tardes.
     
    #7
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  8. Luis Á. Ruiz Peradejordi

    Luis Á. Ruiz Peradejordi Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Es una historia que tiene, como casi todas, algo de autobiográfica. Me alegra que le haya gustado. Muchas gracias por visitar este rincón. Un abrazo.
     
    #8
  9. Luis Á. Ruiz Peradejordi

    Luis Á. Ruiz Peradejordi Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Buenas tardes Fabiola. Bienvenida de nuevo a mis letras. Todo un placer encontrarte en mis historias, historias que esperan a gentes maravillosas como vosotras para ser leídas.
    Gracias por tu paso. Un besazo.
     
    #9
  10. MASTER LY 22

    MASTER LY 22 Laly

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    Es una bella y conmovedora historia. Esas personas que regalan su arte en las esquinas , muchas son muy talentosas pero sin suerte en la vida, y valoran mucho que alguien les preste real atención por lo que hacen. Es muy gratificante para ambos compartir una charla o una canción. Es una preciosa historia Luis, como todas las que he leído, siempre resaltas los buenos valores del ser humano y hacen sentir muy bien al lector. Un gran abrazo.
     
    #10
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  11. Luis Á. Ruiz Peradejordi

    Luis Á. Ruiz Peradejordi Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Me gusta escribir de algo que alegre el corazón del lector. Creo que la vida ya nos da bastantes sinsabores, como para que nosotros los magnifiquemos. En el mundo hay gentes fantásticas y para encontrarlas solo hace falta llevar los ojos abiertos, pues en cada esquina hay seres maravillosos que están al alcance de nuestras manos.
    Gracias por llegarte hasta estas letras. Un abrazo.
     
    #11
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  12. lomafresquita

    lomafresquita Poeta que no puede vivir sin el portal

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    Ayyyy Luís cuán entrañable y maravillosa se nos hace la historia de Luna, me hubiese encantado conocerla y al igual que tú hubiese hablado con ella interesándome por su cultura y modo de ver la vida, yo no canto mal, digamos que tampoco canto demasiado bien, pero me hubiese deshecho de mi timidez y seguro que hubiese cantado también.....Ayyyyyy cómo he disfrutado de momentos únicos de otro tiempo que residen en la memoria y el acervo popular y que nos retrotraen a momentos de la historia con gran ternura y encanto.
    Ayyy qué gran honor supone dejarte la humilde huella de mi paso por tus creativas y bellas letras, muchos besos para ti llenos de admiración, gratitud y cariño entrañable amigo.....muááááckssssss
     
    #12
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  13. Luis Á. Ruiz Peradejordi

    Luis Á. Ruiz Peradejordi Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Luna es un tras unto de una mujer que conocí en Toledo. Una grandisima artista que entonces cantaba en la calle. Yo he sido siempre amigo de cantar, tuno cuando era estudiante y muchos años después cantor de romances tradicionales con mi amigo Valentín. Durante catorce años cantamos por amor al arte en diversas localidades, un tiempo muy agradable, que terminó al fallecer mi amigo. De todo ello salieron las experiencias para escribir esta historia y de paso presumir de mi ciudad. Me alegra que te haya gustado, Isabel y que me hayas dejado un comentario tan bonito. Te lo agradezco profundamente, pues su que eres una escritora de una gran sensibilidad y tu presencia en mis letras es para mí un elogio. Un gran abrazo y muchos, muchos besos.
     
    #13
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