M. Q. M.

El rostro pareció convertirse
en una caricatura de si mismo
dejando desprender, en el seísmo,
las últimas gotas, sin resistirse.

Aquella secreción de amaranto...
No, el silencio no pudo acallarla,
y aunque no hubieran indicios de charla,
llegó el momento oscuro, el espanto.

El espanto. La profunda pena.
Un dolor abrazado a la aversión
de lo conocido, de esa visión...
Quise mirar al infinito, serena...

Los recuerdos comienzan a bailar
con sueños y vigilias, recuerdos en anonimato
antes y después de perder el zapato,
consigue hacer al vaso estallar

contra el suelo, el bien y el mal,
vertiendo en la mezcla, la única petición,
la última hierba, la realidad y la ficción,
en el nunca dulce, y nunca final.

 

Tremendos versos, de recuerdos y misterios, adornan tu poema magistral mqm.

me gustó leerte, mi saludo cariñoso, te envío desde mi Ecuador de mi alma.

Ramiro Ponce P.

 

Muchas gracias. A ver si retomo la escritura como antes. He estado un poco "perdida".

 

Preciosa tarea, una obra sobresaliente y magnífica muy bonita, excelente escrito.

 

Pero señor, ¿hay algo que no le guste a usted? ¡Imposible! jajaja

 

Me gusta tu versar, trasmites fuerza en tus versos y mucha pasión al escribir...he disfrutado de tu poesía...por ello gracias, es un bello regalo. Mis saludos y abrazos.

 

Muchísimas gracias. Espero volver a subir algo pronto.