Madrugada en la estación

Pues la ansiedad, espiritu molesto, tienta la vida,
me impele a tomar la pluma en el duelo de noviembre,
a navajazos de papel se abate mi mano con finísima tinta
mientras las horas van y vienen vestidas de suspenso.

Pues me hallo a mi mismo en tierra, desarmado,
mi sangre corre en cualquier matadero bajo el cielo
qué tristeza me pertenece en este repertorio coristico
porqué del dolor también nacen acordes bellos

por el amor yazgo en una estación abandonada
es tiempo de volver a casa arrastrando el corazón
y mientras me retiro una picazón enrojece mis ojos
al resguardo de mi cuarto y al sueño cómplice arribaré

 

Hay algo en estos versos que me llamaron la atención. Gracias por compartirlo.
Abrazos
Chepeleón

 

muy buenos versos, me han encantado.

saludos.

 

Gracias por los comentarios amigos, es un poema un poco antiguo que tenía, pero es uno de los que más quiero.