Madrugadas sin tí

Cada madrugada desperte añorando,
deseando al despertar el ver tus ojitos hermosos
totalmente adormilados, deseando estar entrelazada
entre tus brazos, compartiendo una misma habitación.

pero ya no era así, cada madrugada despertaba
buscando solo tu calor, pero temo que nuevamente sentía
el frio matutino golpear mis mejias y brazos totalmente
expuestos a estos, no estaba tu calidez mucho menos tú.

Observe cada minuto la puerta en espera de tí,
en espera de que entraras por esta y me cubrieras
con tu cuerpo en un calido y tierno abrazo, esos que solo
tú sabias darme cuando me moría de frio o temor.

Pase cientas de noches en espera de que volvieras
pero termine resignandome y aceptando que tú,
mi cielo, Jamas regresarías, que cada madrugada sin tí
seria una tormenta de heridas para mí.

Madrugadas preciosas a tu lado tuve, que espantosas
se conviertieron porque ya no estabas, Maravillosas porque cuando estabas
me despertabas con tu calidez, desdichadas porque solo quedaba el recuerdo
de la calidez de tus manos alrededor de mi cintura al despertar.​

 

La falta de la persona que amamos es en realidad difícil, seguro el tiempo ayuda. Agradable ha sido pasar por aquí.

Saludos.

 

Bella melancolía para una ausencia que sobrevuela todo el poema. Me ha gustado amiga Gissel. Abrazote vuela. Paco.

 

Está hermosa tu pequeña crónica en espera del amor. Ese amor que como dices. Lo era todo para tí. Pero en algún momento se fue.
Saludos.