Maldad que ni se nombra

Dedicado con todo mi cariño a los poderosos que gobiernan y a los políticos que les sirven, a una maldad que ni se nombra.

Huyen las sombras
buscando cobijo
de la maldad
que ni se nombra.

Roen y roen
el mismo hueso
descarnado
hienas y buitres
en un exceso,
desafiantes
e infatuados.

Carroña para ellos,
vísceras de Prometeo
una y otra vez comidas.
Ponzoña sus dientes
destilan,
disputan insaciables
los restos.

No hay luz,
no hay sombras,
solo una maldad,
vestida de etiqueta,
que ni se nombra.
​

 

Amarga y triste realidad Jucatohi, que marca un ritmo lacerante en tu poema.
Fue grato leerte, gracias por compartir, saludos del Ecuador.

 

Amigo Ramiro, realmente es triste la realidad de nuestro tiempo, solo nos queda la palabra para levantarla en protesta.
Para mí fue un placer tenerte por mis letras, gracias.
Recibe de vuelta un cordial saludo desde España.

Carlos.