Manan los consuelos

A veces no consigo aferrarme a una idea,
llama siempre a las puertas el presente,
no tengo mi certeza intransigente,
pero tengo una fuente que chorrea

agua

a unos trescientos metros de mi casa.

 

Un poema breve, y no por ello, feo.
Así es la existencia: Determinación.
Como los zapatos de tacón.
Vamos marcando el paso y rompiendo el hielo.


En este poema, te conformas con la fuente de agua cristalina, pero te gustaría imitarla, siendo tú portador de ideas que calmen la sed de conocimiento. Yo también lo intento. Todos queremos dar el paso. Somos humanos, y nos gusta comunicarnos con el espíritu. Pero esa tarea exige mucho silencio, y también, sentimos el Miedo ancestral, ante lo desconocido. Es decir que dejamos a un lado, lo que más nos gusta. No podemos brillar, entonces. Y muchos nos perdemos, en la ciénaga del Stress.

 

Es una sensación parecida a lo que tú expresas. Pero creo que, afinando un poco más, consiste en sentir ese conocimiento sin realmente tenerlo, y sin que suponga una ilusión.

 

Yo lo siento y lo padezco.
Porque me obliga a ser íntegro.
Y a ser consciente de que soy cualquiera.
Íntegro significa honrado ( Derechos y deberes ), y también, sabio pero humilde.
Entonces, cuanto más sabes, más responsable te vuelves.
Y acabas entendiendo a Papá Noel.

 

Sabes lo que creo? Que tienes un cerebro privilegiado.

 

Gracias; me siento muy honrado.
Es un cumplido muy necesario, para el poeta, el músico, el cantor, el bailarín, el dibujante, el pintor, el escultor, el panadero, el frutero, el informático, el padre de familia...


La Humanidad entera está dotada de ese gran don.


Pero el cerebro humano es un diamante en bruto.
Hay que pulirlo. Para convertirlo en una joya.
¿ Cómo lo tallamos ? ¿ Cómo lo frotamos con el papel de lija ?
Intención es efecto. De modo que intencionamos... Para atrapar la luz de algún espíritu.


No es un robo, sino una comunicación telepática.
¿ Para qué sirve eso ? El cerebro o decodificador, funciona entonces, como un teléfono.
Y así, uno se hace profeta. No necesariamente, seguidor de Jehová.
Tampoco es preciso hablar con Lucifer.


Yo prefiero otras entidades, que son más nobles, o potentes.
Por ejemplo, el Gozo. El verdadero Amor, es el Gozo.
Hablo con él. Lo interiorizo.


Y me cuenta que él es la materia prima, para el Yo.
O sea, cualquiera que diga: ¡ Yo soy yo y mi circunstancia !
El Gozo está detrás, alimentando eso. Porque el Gozo es la esencia de todo cuanto existe.

 

Es lo que te iba a decir. En cuanto a lo de pulirlo, digo.
Ahí me has leído el pensamiento.