Máquina no. 39

Se amalgaman matices en un cielo pintado que antes no había
Y se avientan al aire las mismas sonrisas que nunca lo eran

Un rojo verdoso en la luna arenosa en su playa de miedos
Un cráter sentando en la alfombra de piedras de horas malditas
Y el viento azulado se sigue aventando en la fiesta de estrellas
Se alcanza el momento de un astro frustrado en su verde rojizo

Sin sentido sensato las mismas caricias que antes no eran
Ahora se avientan al aire de aquellos que nunca lo fueron

Un azul encelado se sigue alcanzando en la vía bendita
Y un hombre sin cara levanta sus manos y grita su nombre

Y libros sin tinta y letras de estrellas se siguen lanzando
En la lluvia que llueve un borroso momento en la vida de entonces
O se sigue creciendo la astucia de entonces que siempre cultivo
o se atrofia el sentido de aquellos momentos que sigo perdiendo

O se enciende esa máquina que siempre dormía en mi nada infinita
Esperando el momento en que encuentres aquello que siempre buscabas
o a empezar a buscar sin razón aparente lo que nunca soñabas

Pretendiendo jugar algún juego que nunca lo fue
como siempre soñando algún sueño que no lo será

 

muy profundo tu poema que me ha hecho pensar en todo eso... me ha gustado.