Marea baja

Está ausente el fanal del buen comienzo
en el que aleteen las polillas de la suerte.
Pesan los sentimientos encontrados,
tan poco familiares, tan conspicuos,
como la mariposa sobre el cedro.
Sentirse oruga cuando crecen alas
y tener que brindar por el futuro
con nuestro mejor vino no apetece.
En el espacio de la desilusión
se remplazan delirios por disgustos
con el cristal de lágrimas translúcidas.
Siempre que llega la marea baja
las cinco copas aparecen vacías.
Puede que lleguen novedades pronto
y alguien confiese una verdad oculta
de esas que pesan tres albardas.
Me voy corriendo a rescatar la escoba
que barre los rincones de la mente.
Quiero dejar espacio
para que entre la energía nueva.

 

Muchas veces las grandes decepciones abren la puerta a aventuras insospechadas. Un saludo. Luis

 

Muchas gracias. Un saludo. Luis