Maria

María la madre de Cristo, tiene una relación muy intima con la naturaleza y un mensaje muy importante que no ha podido llegar a nosotros con claridad. Un mensaje de amor a la vida y de respeto a la libertad del ser. Ella ha intentado hacernos llegar una filosofía, que la religión cristiana ha asfixiado y es en estos nuevos tiempos, en los que se están dando otras lecturas a las experiencias espirituales, que podemos percibir su mensaje.

Quiero compartir con vosotros lo que me llega de María. Ella es un ser muy evolucionado que el cristianismo ha encasillado, utilizando su amor a Cristo, como reafirmación de el engaño que nos han ido haciendo llegar, para someter y limitar los espíritus. Ella es algo muy diferente a lo que nos han hecho creer. Es un ser libre, lleno de amor, que valora profundamente la armonía y el respeto entre los seres, al que las circunstancias que ha tenido que vivir, la han privado de realizar su sueño, sueño que ahora poco a poco se hace más real.

Ese sueño, en el que ningún ser, pueda limitar y someter a otros en aras de tener control sobre su intima voluntad, en donde los seres puedan fluir en libertad descubriendo el amor, compartiendo la experiencia de existir y gozando los unos con los otros, sin miedo, sin límites impuestos. Que podamos apoyarnos en un viaje sin fin, en donde descubrirnos y amarnos.