Marta

Oh, Mujer te he sentido oír en tus palabras
secretos del amor en tus ojos de niebla,
los pájaros cantaban para nuestros latidos,
tus manos dibujaban las huellas de la vida.​

Te vi llena de dicha, tu tez rondar la noche
y el viento de la noche vibraba en tus cabellos;
tus labios de amapolas se movían a ti...
el olor del silencio nos invadió un segundo,
y sentí al abrazarte los tramos de tu espíritu...​

Eras vacía de frío, llena de poesía,
una estrella nocturna se posó en tu mirada,
el momento, la luna y el latido holgazán.
Adorabas, tú fuiste como un rayo de luz
preso del sentimiento y forjado en tus pasos.​

Te dije las palabras sonoras y de flores,
lloraste un lago negro, el charco de tus ojos
marchaban a los campos y sombras del ayer.
Tus dos manos buscaban el cuerpo azul del viento,
tus cabellos danzaban con caricias nocturnas,
tus ojos percibían la negrura del cielo.​

Mujer te desvestías en tu triste plegaria,
el recuerdo y la pena ya por última vez,
la verdad contemplaste devorando a tu alma ,
tus lágrimas finales huían con el viento.​

Y es que estuviste alegre pero estuviste triste,
y tus cuarenta velas en tus amargas dudas...
Mas a pesar del llanto yo te regocijé,
y mi esperanza fiel consolaba el dolor.​

Oh, Mujer renaciste como la primavera,
oh, sonrisa de luna y tus labios de rosas,
te volvías guitarra tocada por el viento,
Ahora más tranquila volviste a sonreír,
y recobraron vida tus ojos de esmeraldas.

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MARAVILLOSO, estos versos son divinos, que lujo me doy leerte en esta madrugada quieta,
abrazos de colores en la distancia,

 

Abrahám Emilio, un poema lírico, muy hermoso, con un vocabulario
muy cuidado, y los alejandrinos te quedaron estupendo, la verdad me
gustó mucho tu trabajo, agregando que este tema amoroso se te da
también muy bien. Gracias por compartirnos aquí este maravilloso
poema. Besitos apretados en tus mejillas.