Martha

De origen hebreo es la virtud de su nombre, mujer leal, compasiva, dichosa es al provenir de un origen único; alberga belleza constantemente transformada en alegría, sus cabellos reflejan las olas del mar; inquebrantables, y rebeldes al mismo tiempo, en sus ojos hay fuego ardiente que sí la frenan, enfurece.

Debajo de esa hermosa piel brilla el ébano, en sus labios toma aliento su amado, visible es el corazón inquieto que envuelven sus latidos, Martha es el aire cálido en invierno, llenos de nostalgia son sus recuerdos, valiente es su alma enfrentando adversidades.

Su maestra la educo con la frente en alto y el coraje de una leona; hizo de Martha una gran mujer, dichosa es la edad presente que, muestra las virtudes de los años.

Dulces lazos forjó con los hijos de su hermano, era huracán al volante; se robó sus corazones con sonrisas, brindo compañía y felicidad creando dos hermosos rubís. Gratitud completa hay para Martha, en los recuerdos de sus Amazónicos, brilla su sonrisa.

¡Que Dios bendiga a Martha!​