Más Allá De Uno

Contar,
hoy he aprendido
a contar.

¿Una hora para
los tres primeros
números?

Regreso,
como una gota
de aceite casi inmóvil,
a la infancia que
en seguida
olvidé.

U
no,
dos
y
tres.

En realidad
no cuento.

Uno, dos y tres
es fácil y sencillo
repetirlo.
En realidad
mato,
entierro
lo que no olvidé.

Solamente
nos mentimos:
mañana moriré
y sé que
no he vivido.

Contar,
Contar
el tiempo
que nunca se vivió

Está aquí,
Pegado
al aire,
presionándome
la espalda,
azul río,
una cerilla
eterna,
ciclópeda,
como el perfil
de un sol
sin noche.

Está aquí,
imaginándome,
abriéndome
su secreto.

Mi sombra,
la cartera,
el cepillo de dientes,
mi teléfono...
soy real
por esas cosas
y por nada
más.

La mente
no existe
más allá de uno
si no fuera
por el mundo
ajeno.

¿Será mejor
ser una hoja,
insignificante
inerte lámina,
a merced
del viento?

No es un sueño,
parece.
No es un sueño
ni podemos
explicarlo.

¿Por qué
preguntarse
qué siente
la hormiga
cuando
mi pie
la pisa?

 

Eñ impertinente:

Un buen poema, con un desarrollo bastante original.

Un saludo cordial y estrellitas de reconocimiento del portal mágico

Jaime