¡Más maderaaa!

“Pues yo soy la responsable”,
me dijo en trémulo llanto.
Se llevó el sol y un quebranto
porque siempre fue confiable
en declararse culpable
de mis propias dualidades.
Recuerdo las tempestades
quemándome el torso al verla.
Aquel día fue la perla
de mi mar y sus crueldades.​

 

De mi mar y sus crueldades
yo conozco casi todo,
pues sé muy bien de qué modo
lleva a sus profundidades,
sin importar las edades,
a aquellos que en su inocencia
olvidaron la prudencia
de manifestar temor,
porque es malvado y traidor,
que lo sé por experiencia
​

 

Que lo sé por experiencia
que la vida es generosa,
despacito y dadivosa
te irá dando complacencia.
No desistas , pon paciencia
en los tercos remolinos
que presenten sus caminos.
Mira allá, lejos la cumbre
proclama con certidumbre:
¡Yo soy fin de tus destinos!​

 

¡Yo soy fin de tus destinos!
mi principio de la vida
es locura desmedida
con gigantes y molinos.
Entre rosas los espinos
y entre besos el comienzo
pues la vida es como un lienzo
y está loco este pintor.
Un final desgarrador,
a ver como te convenzo.

 

A ver como te convenzo
de que erez mi galán,
de ezta noche, mi zultán,
de ezte día, mi lorenzo.
Por enzo, zólo por enzo,
te rindo ezta zevillana
porque zoy mujer zerrana
de aurrezku y veinte chiquitos
sin contar treinta zuritos
que cayeron de mañana.​

(Perdonad mi broma sana,
es por reírme un poquito
de las verdades y mitos
de las cosas de Bizkaia,
tierra en la que ésta desbarra
con su espinela sin tino.
-Sé que la idea es gastada,
ya hubo peli de "Apellidos"-)

 

¿Que cayeron de mañana?
Pues miren, con este acento
ya se me ha puesto contento
y sigo de buena gana.
Esa costumbre tan sana
del pincho y el buen tapeo
recorriendo de paseo
nuestra vasta geografía
es motivo de alegría
que a todo el mundo deseo.

 

Que a todo el mundo deseo

la dicha, yo nunca engaño,

y que en este mismo año

vea lo que yo ahora veo,

volando con el arreo

raudo de mi parapente,

pues por las nubes la gente

tal vez se sienta más noble:

el cielo devuelve el doble

al que le canta presente

 

Al que le canta presente
la amada le tiene en cuenta
porque de manera cruenta
se reirá del imprudente.
El botarate valiente
que le dio la serenata
mientras ella estaba en bata,
perdió tiempo y perdió voz
para ganarse una coz
que por poco nos lo mata.

 

Un Don Juan de troche y moche,
me prometías pasión
y me encuentro un aluvión
de miserias...¡qué derroche!.
Así que coge tu coche
y ya vas tardando, presto,
en llevarte todo esto
a otra Inés que bien te trague,
acelera, pisa embrague,
¡que te marchas con lo puesto!​

 

Y un perrito que te ladre
te compraré en navidad
como prueba de bondad
para que seas su madre.
¿Me libraré de ser padre
regalando una mascota?
¿O pareceré un idiota
empujando del carrito
con el bebé y el perrito?
La paciencia se me agota.

 

La paciencia se me agota
con tanto discurso vano,
voy a charlar con mi hermano
y a jugar a la pelota,
si es que el árbitro me anota,
porque no le caigo bien
y me quedo en el andén
o me duermo sobre el banco
conviene no ser tan franco:
mås vale seguirle el tren.

 

1. lLamento no poder configurar la décima. Estoy en otra ciudad y no puedo ordenar los versos ni con el celular ni con la tablet. Cariños, Era. Maygemay

 

Más vale seguirle el tren
al primero de la fila
porque lleva en su mochila
reservas a tutiplén.
Ir de excursión está bien
si te pujan por las viandas,
verás que ligero andas
sin más peso que tu sebo,
quedarás como un efebo,
te llevarán en volandas.

 

De familia te es venido
tu existencia en esta vida,
lo demás, cae en tu brida
cómo lleves su sentido.
Pues si te has desentendido
y no son tuyas las riendas
puede ser que no haya enmiendas
a tu despistado trote
y aterrices de rebote
en el suelo, por prebendas.​

 

En el suelo...¡¿Por prebendas?!
¡Fue por culpa del caballo!,
el estado en que me hallo
empolvándome las prendas.
Y diré: ¡No te sorprendas!,
pues confundí la montura
que era aún noche, y oscura,
y le puse el aparejo
al rocín más bravo y viejo,
de más resabios y altura.

 

De más resabios y altura
están los colegios llenos,
pero amigo, de más buenos
no se encuentra la moldura.
Qué no digan que es usura
querer tenerte a mi lado
de tu afecto bien colmado
sin miedo a la soledad
y conociendo la verdad
con tu buen consejo dado.

 

Con tu buen consejo dado
marcharé por el camino,
en mi zurrón pan y vino,
en mi experiencia, el pasado.
Si el sol soplara de lado
o la noche se rebela,
con el credo que tutela
la constancia en mi pisada
ante su oscura mirada,
yo encenderé mi candela.​

 

Yo encenderé mi candela

para rogar por mi amado,

que se ha quedado encerrado

tras una puerta cancela,

para ver si con la vela

puede encontrar la ganzúa

o tal vez alguna púa

que libere aquel cerrojo

y con destreza y con ojo

saltar hacia mi falúa.

 

Saltar hacia mi falúa
desde el espigón del puerto,
con rumbo hacia mar abierto,
en libertad me sitúa.
Entonces si alguna púa
llevo en mi interior clavada
luchando en la marejada
de pronto desaparece
y, entretanto que se mece
mi nave, se queda en nada.

 

Mi nave se queda en nada

en el medio de la mar,

las olas la hacen rolar

y estoy lejos de la rada.

Ya me siento bamboleada,

sin rumbo y a la deriva,

si mi estrella es fugitiva

con pensamientos te ligo

porque siempre van contigo,

aunque la suerte sea esquiva.

 

Aunque la suerte sea esquiva
y produzca un grande asedio
se empieza a poner remedio
con mirada siempre altiva.
Cuando la marea es viva
aprovechemos el viento
y a pesar del movimiento
hay que tensar bien la driza
que la mayor no se iza
solo con el pensamiento.

 

Sólo con el pensamiento

ya he virado por redondo,

porque el entusiasmo es hondo

y orienta firme el intento,

aunque bogue a barlovento

o la costa esté distante,

como capitana errante

de mi intrépido bajel

seré un diestro timonel

frente a este tiempo inquietante.

 

Frente a este tiempo inquietante
poner siempre buena cara,
pero hay una cosa rara
que me resulta intrigante.
Mudamos en un instante
esta historia encantadora
pues navegamos ahora
imaginando conquistas
y antes fuimos maquinistas
en una locomotora.

 

En una locomotora

que me dejó frente al puerto

y luego hacia mar abierto

zarpé en menos de una hora,

y aunque la tierra se añora

en el medio del oleaje,

he avizorado un paraje

y una palmera curiosa

en la playa esplendorosa.

de un bellísimo paisaje.

 

De un bellÍsimo paisaje

pude tomar una foto,

mas mi cámara se ha roto

en la maniobra de anclaje

al golpearse el equipaje.

¡Show de atardeceres rojos!

Tendré confianza en mis ojos

y en sus leales retinas,

pues las estampas divinas

desbordan hoy mis antojos.

 

Desbordan hoy mis antojos
y aquí vengo a proseguir,
quisiera así conseguir
algo bueno a vuestros ojos.
Que no sean versos flojos,
como Góngora decía
cuando un soneto escribía
a su enemigo Quevedo,
señalando con el dedo
hacia sus pies de elegía.

 

Hacia sus pies de elegía...
¿Por lo triste o por lo lento
de sus pasos?¡Vaya cuento
que entre los dos se escribía!
¿pie-ritmo o galimatías?,
¡ay, no se escribe sin ese!...,
que la réplica no cese
aunque imperfecta la rima,
si la décima me mima,
¡que el oído no se estrese!