Mascota

Te han dicho que sus labios
podrían curar tus antiguos traumas emocionales,
disfrutarías su cuerpo como a la fruta del edén
guardando un poco más de pecado para mañana,
así que la danza sobre su ombligo será tu adicción
masticando su estrógeno cual oda a la gula,
si quisieras odiarla te cortarías a ti mismo
sólo deseas saciar tu sed con su secreción vaginal.

(Llevarás una tumba de caricias tomada de la mano
un virus circulando tu sangre rosa plagada de su perfume,
tus lágrimas le darán nombre al océano de la soledad
en el cual serás ahogado a complacencia romántica)

Y ella es una de esas chicas, una chica simplemente perfecta
que con la fruta su entrepierna te pone sin alas a volar,
pero su piel te sabe tanto a heroína que es insaciable
que te esconderá tu propia alma y hará que pidas más dolor.

(Dejarás chupar tu mísero cuello sólo por verla sonreír
entregando tus defensas a sus fauces bien esculpidas,
fascinado de ser su alfombra roja para acariciar sus pies
mascota de una inquisidora que te cumple las promesas)

Ella jurará amarte hasta el final de los eones
para que alimentes su vacío temporal,
pero cuando este aburrida de aceptar tu fantasía
solo amará el deseo de verte desaparecer.

Se te entregará parte del paraíso que transpira
para que creas fielmente que eres más que un mortal
entonces encenderán las luces en tu prisión pasional
y deslumbrarás entonces lo muerto que luces por el amor.

Las voces en el aire susurran
que sus pupilas te conducen a la tierra de las eternidades,
jamás envejecerás bajo sus besos justo en tu lívido
realmente estas a salvo de sólo convivir con tu sombra,
triturando en tu paladar sus hermosos pezones
teniendo sexo como animales desbocados,
sudarás encima de ella todo tu espíritu descarriado
mientras el verdadero cariño arde afuera.

El pacto de estar juntos te golpeará justo en el estomago
induciéndote el vomito de todas esas ilusiones falsas,
ella suena como la serotonina golpeando en tu cabeza
ahora no la puedes dejar aunque ella te haya enviado al infierno.

Ella te hará pensar que siempre puedes volver
a sus posaderas plácidas,
pero cuando estés muy cerca te alejará
con un hermoso escupitajo.

La escuchaste pronunciar tu nombre otra vez
para hacerte sentir que eres el único,
haciéndote olvidar que resiente una enfermedad
pobre fetiche amorafilico dependiente.

Y ya no puedes soportar tu abstinencia por su aroma
debes depositar tu amor en un vientre que se le parezca,
para cuando vuelva la lucidez a tu ser pertubado
te darás cuenta de que eras sólo tú apuntando dos pistolas.
​

 

2 pistolas en mi cabeza... Un gusto leerte