Me cago en la incertidumbre

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No merezco lectores si he de adoctrinarme con la idea suicida de ser Dios.
Con la idea del ser que siente superiores sus palabras.
Sin distorsión que absorba mis contornos,
me rijo por mi yo que se afinca en el hombre.

Quizá Algo se haya ido de mi vida.
No era cuestión de fe.
Pero debo admitir que la escritura
es a veces un arma, otras un sinsentido,
y en ocasiones ambas cosas.

Solo quiero aplicar mi inteligencia.

Solo con un pequeño enfoque de atención salir del bucle.
Recuperar mi vida.
Dejar el refunfuño.
Dejar el ideal de perfección.
Abandonarme al yo que es la realidad
-Esa mezcla de todos los que creen en algo.
Al menos en las formas que captan sus sentidos.-.

La fuente interminable de recursos.

"Sé que no creo en Dios. Pero ahí no radica el quid de la cuestión.
Es más, es mi enemigo.
Precursor conceptual del existencialismo."

Bendito hijo de perra fui.
Como si las personas no lo tuviesen claro, siempre sembré la duda.

He intentado matar a cosquillas al hombre.

Lo curioso de todo, es que ni dios me hizo aprender la lección.
Será que al fin y al cabo, soy un ser racional.

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