ME CRECES POR DENTRO COMO RAÍZ DE ARBOR SE AGARRA

De tú,
me dices que te hable de tú
y a veces
se te escapa besarme de usted,
tan lejos de mi
jugueteas en el fondo de mi boca.
El día que te besé por primera vez,
fue el mismo día
que mordí la manzana
que sin saberlo
estaba escogiendo
seguir mordiendo todas las manzanas prohibidas
el resto de mi vida.
Te atravieso tantas veces
pero ninguna llego a tocar tu corazón.
Porque amarnos
sería como acariciar
la afilada hoja
de una navaja.
Por eso
y por mucho más
nos merecemos
nuestros recuerdos,
por jugar a ser
lo que nunca sentimos.
Y es que a veces respirar duele,
no menos que una puñalada en pleno pulmón,
o un disparo a bocajarro en el estomago,
o un rodillazo en la entrepierna,
por eso yo respiro con cautela
esperando que la lluvia llegue
el día que pronunciemos una despedida,
esperando que la lluvia nos limpie
y haga libres
de tu hambre
y mis ganas de comer.
Y sin embargo
cada noche
regreso a tu cama
en busca de más de no se que,
y tú,
impávida,
te dejas poseer mientras me posees
y yo muy hombre
me vacío dentro de ti
como último esfuerzo del día.

 

El trabajo divino de la publicación maravillosa, las letras espléndidas.

 

Arrollador y apabullante, La fuerza de este poema corta más que la navaja que citas. Contigo va mi admiración