Me diste de beber...

Me diste de beber

cuando no tenía agua,

con sólo tus palabras,

sanaste mis heridas.

Y hoy que despierto muda,

atónita en una burbuja,

no comprendo este destino

que me conduce

a un profundo abismo.

Eres como la trémula hoja

que arrastra el viento,

y poco a poco te va alejando

de mis dominios, de mi barro,

de este hermoso paraíso

que hoy rechazas…

No seré yo la que vaya a buscarte,

cansada estoy de navegar

por esas urbes oscuras, tétricas,

codiciosas, tortuosas, asidas…

Donde los hombres son esclavos

de la ignominia y el pecado.

Huérfanos del Amor

caminamos hoy

por los senderos del horror.

 

dentro de lo triste que son su versos, es hermoso en su nostalgia caminando por esos senderos,

un placer pasar a leerte, despertando, saludos poetiza

 

Muchas gracias Kei por la sinceridad de tus palabras. Me alegra que he haya gustado. Un libre abrazo.

 

Bueno .Hombres hay de todas las maneras y para todos los gustos.
Yo diria que esclavos de pasiones más que de la ignominia y el pecado,
almenos los más románticos.
Bonita poesia.Saludos de Saturno.

 

Gracias Saturno por tu sincero comentario, y puesto que tú eres hombre tendrás razón en eso de las pasiones... Un libre y cálido abrazo...