Me gusta, no me gusta

Tal vez parezca ocioso
dedicar este tiempo valioso
a esta edad avanzada
de ochenta años cargada
para hablar de lo que me gusta
y de lo que me disgusta.

Es mi visión retrospectiva,
tal vez parcial y subjetiva
al doblar la última esquina
de esta vida vespertina.

Me gusta ser rico
con mi esfuerzo y mi trabajo
y me gusta ayudar a los otros
salir de abajo.

No me gusta nada regalado,
me gusta un empleo honesto
digno y bien remunerado.

Me gusta para todos
salud y educación,
vivienda digna y alimentación.

Me gusta que los recursos de esta tierra
sean para su pueblo primero
y que su bienestar sea duradero.

Me gusta la libertad,
de prensa y expresión,
de pensamiento y asociación.

Me gusta la protesta
por una mala gestión
por una justa remuneración
sin miedo, sin represión.

Me gusta mi tierra privilegiada
desde la abierta sabana
hasta la sierra nevada.

Me gusta un turismo pujante
para que admire el visitante
nuestras bellezas naturales,
los ríos, las selvas, los manantiales.

Me gusta comer bien y sano,
tener dinero suficiente en la mano,
llenar la cesta en el supermercado.

No me gusta ver que los productos
ya se han acabado
ni que todo sea importado.

Pienso que estas cosas
que me gustan
son normales,
porque mi tierra
es tierra de gracia
y de posibilidades.

 

A mí me gusta leer tu escrito, porque tiene molduras de paciencia.
Continente y contenido. Botella de cristal, y vino añejo.
Descartamos soberbia y avaricia, que serían de mal gusto...
Y apostamos por el orden y el concierto.


Ahí está la clave. Real Madrid, Fútbol Club Barcelona, Athletic de Bilbao, Deportivo de la Coruña...


Ése es el método.
El entrenamiento.
Continente y contenido.

 

Apreciado Nommo.
Muy honrado por tu apreciación. Espero que el vino añejo de mis versos sea saludable y su botella de cristal transparente siempre sinceridad.