Me he guardado tu luz

Aquí tras esta sombra lucida por momentos
alojo luz eterna… me guardo tu recuerdo,
me guardo tus miradas, del sexo los alientos
y el tacto tus manos; y así me siento cuerdo.

Aquí dejaste un hombre con frágiles cimientos
que vive en la locura vencido en tu recuerdo,
recuerdo por ejemplo, los cálidos momentos
guisando las verduras con más de un desacuerdo.

Negar el exquisito sabor de tus platillos
será quitarme arrojo y nublarme los colores,
será negar el dulce gustillo de tu lengua.

Y como todo el crono pasar, agota y mengua,
aquí dejó punzadas sin dolo a mis clamores
y puso para nuestros amores... ¡mil pestillos!​

 

Unos alejandrinos muy bien elaborados conformando un soneto al que aplaudo con una sola pega, bueno, con dos porque dos son las palabras que has repetido en el segundo cuarteto respecto al primero: momentos y recuerdo.

El tema del amor cogido de la mano con asuntos culinarios me ha parecido, si no completamente original, sí poco frecuente y creo que está muy bien engarzado en el poema.

Saludos cordiales.

 

Sabes que una de las palabras si la monte consciente-mente, mas la otra se me filtro por el subconsciente ¡auch!
igual muchas gracias por tu amable comentario Jmacgar saludos desde Bogotá.