Me paro en el abismo de mi puerta.

Me paro en el abismo de mi puerta
​

y doy un paso al frente donde miro​

un sinfín de adjetivos que pasean,​

me paro en el abismo donde caigo.

​

Todos se califican al mirarse,​

todos se califican con colores
​

todos se califican por idiomas,​

todos se califican.. califican.

​

Y el corazón pregunta ¿quién me ve?​

mientras los ojos hablan sin sentir.​

Me paro en el abismo de mi puerta...

​

Y sigo la ilusión de mis sentidos​

y me convierto en un muy desdichado​

calificado calificador.​

​

 

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[TD]Estimado Anabil: no estoy seguro de entender este trabajo, solo observo (sin calificar) un gran soneto blanco, con unas iteraciones que, desde el punto de vista estético o semántico, no parecieran aportar mucho al poema. El último verso es interesante, es un difuso y es correcto.

Tal vez lo más importante de este trabajo sea el mensaje: no cataloguemos a la gente por nada... ni por su credo, ni por su color, ni por su procedencia: aprendamos que lo importante no es la apariencia, sino lo que guarda el corazón.

Un abrazo,

Elhi
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Nos convertimos en jurado de lo que no deseamos ser juzgados.

Interesantes líneas.

Gracias Anabil por compartir tu versar.

Saludos.