Médicos sin fronteras.

Sé que has sido víctima de maltrato.
Te vieron fisonomía de pato.
Volabas a ras de la superficie de un lago azul y verde.
Y como sabes francés, al oír los disparos, gritaste: ¡ Merde !


Los cazadores iban ataviados con chaquetas metálicas y sombreros luminosos, navideños.


En sus botas de plástico, incluían navajas suizas multiusos,
y billetes de 101 dólares.
Ya que el último presidente de los Estados Unidos de América,
cuidaba de 101 dálmatas.


Les atacaste con un leño. Querías simplemente, arrollarlos monte abajo, para que se despeñaran.


Es pura inocencia, lo tuyo.
Luego, pensabas guisarlos en una hoguera, hasta asarlos, como a un cordero.
Lástima que en ese preciso instante, en el que levantabas el tronco del árbol,


¡ Un rayo de tormenta te partió la cabeza, en dos mitades, perfectamente simétricas !


Y yo te la estoy cosiendo.
Amigo pato...
Soy médico de familia.
Soy el castor peludo, constructor del dique que hay en algún recodo del río...


" Gracias por coserme la cabeza, castor peludo. Que San Dios te bendiga. "


¿ Qué ?
¡ No es así !
No digas eso. Eso es exagerado...
Se dice: Que Dios te cosa la cabeza. Anda, toma un pedazo de chocolate puro, y otro, de queso.


" Como en el Ajedrez. Embeleso... "