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Megarrealismo, última entrega

Tema en 'Salón de Escritores' comenzado por Felipe Antonio Santorelli, 26 de Agosto de 2010. Respuestas: 0 | Visitas: 928

  1. Felipe Antonio Santorelli

    Felipe Antonio Santorelli Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Todo es poetizable

    “Todo; absolutamente todo, es perfectamente poetizable”
    (Yo Mismo)


    La poesía es un arte y como todo arte tiene sus técnicas; así como el pintor conoce sus óleos, acrílicos y témperas, y sus lienzos y murales, así como conoce la escala de colores y su degradación desde los tonos brillantes hasta los tonos oscuros pasando por los pasteles y todas las técnicas asociadas a sus usos, así también el poeta ha de conocer las técnicas de ritmo, forma y estructura.


    La rima consonante, asonante, blanca y ausente, la métrica estricta y la métrica libre, el ritmo fonético, y el semántico y el simbólico; junto a las palabras representan todos ellos los instrumentos del juglar para sublimar su entorno a través de la pluma (entiéndase por entorno tanto el Universo exterior como el Universo interior del artista con todas sus manifestaciones)


    Y todo puede ser sublimado por la pluma, al respecto recuerdo al premio Nóbel Ricardo Eliécer Neftalí Reyes, quién le escribió una muy hermosa oda a algo tan ordinario y común como lo es la cebolla.
    Así que todo se puede embellecer con palabras, podríamos cantarle al bombillo; por ejemplo


    Ah bombillo iluminado,
    pedacito de Universo alborotado
    que permite la plácida lectura
    aun en la noche más oscura.


    (Claro que esta estrofa requiere pulimento, pero rinde la idea)


    Por qué no una oda a la cerradura:


    Cerradura humilde y fría
    tú que impides a los chacales del hampa
    adentrarse en la guarida de los justos
    nunca impidas que visite mi morada
    un corazón sincero y amable.


    (Otra estrofa que pide cera y brazo, mis disculpas por eso)


    La cuestión no es qué cosa es poetizable, sino cómo poetizo lo que quiero sublimar.
    No sé si dicha pregunta tenga respuesta, pero me aventuro a pensar que mediante un ejercicio de reflexión y/o meditación, después de informarnos lo más a fondo posible acerca del fenómeno en cuestión, la aventura de embellecer lo ordinario y permutarlo a extraordinario se transforma en un agradable paseo.


    Entonces, para sublimar el tomate, el mango, el mantel sobre la mesa, el celular, el automóvil o lo que sea, lo primero es preguntarnos ¿qué tanto sé de eso?, y según la respuesta veremos si nos animamos a escribir de inmediato o si preferimos ahondar, conocer todas las características inherentes al objeto o evento en cuestión, para luego reflexionar sobre sus usos y cualidades y sobre el léxico asociado a él o a los menesteres, quehaceres y disciplinas con él relacionados.
    Y meditar, dejar la mente en blanco o cerrar los ojos y visualizar el objeto o evento desde varias perspectivas, saborear su forma, deleitarnos con sus colores y sombras, asombrarnos con sus usos, tanto los usos ordinarios (aceptados por la sociedad toda por convención y a través del aprendizaje) como los extraordinarios, impensables, extravagantes…


    Y luego sentarnos a escribir, usando las técnicas poéticas que se nos hagan más fluidas, cuidando el ritmo y la gracia, haciendo versos diamantinos, prismáticos y luminosos.
    (Me pasé, mis disculpas si no soy claro en mi exposición)


    En definitiva, lo que quiero decir es que todo objeto, hecho, evento o fenómeno es poetizable si se poseen las herramientas necesarias para esculpir; de la palabra bruta, la joya poética.

    Para el último ensayo megarrealista, voy a juntar una serie de ideas y conceptos inconexos, en el espíritu de las singularidades, puntos del espacio tiempo en que se quiebran todas las leyes de la física, y en el espíritu de los horizontes de sucesos, puntos del espacio tiempo en que todas las probabilidades son posibles.
    Pero comencemos con un ulterior intento de definir lo que es arte poética:


    Definir la poesía en tiempos aristotélicos era sumamente fácil:
    “La poesía es arte y el arte es belleza, punto.”
    Pero en tiempos ulteriores la cosa se complicó sobremanera, pues el arte fue quirúrgicamente separado de la belleza, de modo que dicho arte podía ser bello, neutro o incluso feo; así, la poesía que sigue siendo arte ya no es necesariamente belleza.
    ¿Habrá poemas hermosos y habrá poemas feos?, al respecto baste citar la poesía Crap y; tal vez también, la antipoesía.
    Pero entonces ¿cómo definimos el arte poética?; ¿cuál es esa característica común a todo poema?, yo diría (y me lo consientan los doctos y versados) que el lugar común de todo poema es la sensibilidad que despierta en el lector.
    Si un escrito mueve a las emociones del lector entonces es poético, incluso cuando las emociones evocadas son de indignación, ira, vergüenza o cualquier otra de esas que preferimos guardar en los baúles más recónditos del subconsciente (con tanto de cadenas y cerrojos).
    Después de todo, si lo que el escritor pretende es indignar y así lo consiguiere es evidente que ha hecho arte al conseguir su cometido.
    Tal no es el caso; en cambio de aquél que escribe buscando despertar simpatías y consigue animadversión, o queriendo despertar tristezas consigue matarnos de la risa.
    De manera que; a un nivel enteramente subjetivo, el único que sabe a ciencia cierta si lo que hizo es arte o menos es precisamente aquel que escribe; esto si recibe suficiente retroalimentación de sus lectores.
    Es por ello que todo escritor muestra su trabajo a sus amigos y pide conocer sus impresiones, y es tal vez por esto que los portales y foros del cyber espacio se han vuelto tan populares entre quienes hacen vida literaria.


    Por otro lado, respecto a la representación artística de la realidad, es bien sabido que ella debe ser artificial e imaginaria y no una descripción o narración periodística de la cotidianeidad, pues entonces no tendríamos arte sino prensa.
    Aquí es donde entran las técnicas literarias que no vamos a discutir pues hay abundante material impreso al respecto (sobre todo en Internet)
    En cambio si vamos a abordar la presentación de elementos paradójicos en una obra.
    Por ejemplo:
    En un escrito en que se nos presentan escenarios imposibles, como por ejemplo aquel escenario en que se encuentran reunidos en la misma estrofa elementos que en la realidad están separados por distancias geográficas y/o temporales; -como pudiera ser la mezcla de objetos tropicales y árticos en el mismo ambiente- ¿cuál sería la conexión entre dichos elementos?


    El observador es la conexión, el escritor como observante es quién conecta los elementos más dispares, pues todo aquello que en el Universo físico aparece separado e independiente de todo lo demás, en el Universo psíquico subjetivo, se presenta unido al resto de objetos, eventos y fenómenos que conforman dicho cosmos interior.
    Toas las experiencias del escribiente están íntimamente interrelacionadas entre sí y con sus creencias, opiniones, principios, juicios de valor, etc. Formando así un mapa mental que es único y exclusivo de él mismo y representa su mundo interior.
    Así se conforma en el interior de cada mente individual un entramado de fractalidad caótica y aún así perfectamente ordenada, donde coexisten ya sea en sana paz, ya sea en evidentes conflictos y aún conflagraciones todas las facetas del yo que van a constituir su personalidad.


    En cuanto a las capacidades perceptivas del artista, vale decir que ellas cambiarán según la perspectiva desde la cual se observa el Universo (interno y externo) y según los paradigmas asociados a dichas perspectivas, por ejemplo:
    Si vemos un árbol frente a nuestros ojos veremos un único ser vivo, con su tronco, sus ramas y hojas, luchando y compitiendo por un rayito de luz que permita su fotosíntesis.
    Pero si observamos dicho árbol desde una perspectiva más alejada, entonces notaremos todo un complejo ecosistema, pues el árbol en sí mismo es guarida, hogar y nutrimento para un sinfín de mamíferos, aves, insectos y artrópodos, que interactúan entre sí y con el árbol a escalas tales que pareciéramos estar ante un pequeño universo, y esto lo notamos sólo a nivel visible porque somos incapaces de observar a simple vista las bacterias que fijan el nitrógeno a las raíces, los microbios que deambulan por las ramas, los parásitos y simbiontes microscópicos que inundan tanto el interior como el exterior del árbol mismo y de todos sus habitantes.
    De manera que desde una perspectiva holística, el árbol, más que un ser vivo es un sistema vivificante.
    Y qué decir entonces del bosque que contiene infinitos árboles, tantos microcosmos de indescriptible belleza; qué decir de Gaia hermosa, que contiene en sus entrañas infinitos ecosistemas muy variados, desde tundras hasta selvas, desde desiertos hasta páramos, y pelágicos senderos y oceánicos lugares, todos ellos vivos y vivificantes y todos ellos más o menos interrelacionados.



    Por último quiero reintroducir las realidades cuánticas, o al menos atisbos de ellas, naturalmente dentro de lo que mi gigantesca ignorancia en materia me permita, veamos qué sale:


    La astrofísica nos presenta en la actualidad una idea muy sugestiva que podría cambiar por completo el rumbo de la Filosofía.
    La teoría en cuestión podría explicarse como sigue:
    Cada vez que tomamos una decisión nos encontramos frente a una encrucijada con varias opciones a escoger, supongamos que las opciones sean dos, tomar el camino de la derecha o tomar el de la izquierda; si vamos a nuestra diestra nos conectaremos con un Universo paralelo, en caso contrario nos conectaremos con otro distinto. Ambos universos coexisten en el mismo espacio tiempo y ambos tienen “clones” de nosotros, y dado que hay decisiones que presentan infinitas posibilidades a escoger, existirían infinitos Universos paralelos; dispuestos como las capas en una cebolla; en el mismo espacio tiempo, por tanto existen infinitos “yoes” actuando en cada una de estas capas; y todo en el mismo espacio tiempo.
    ¿Están estos yoes relacionados?, ¿se influencias unos a otros porque son como las infinitas capas del mismo ente caleidoscópico? O por el contrario son totalmente independientes unos de otros, sin relación alguna entre ellos?
    Y cómo afectan estos fenómenos a nuestra cotidianeidad de ser ciertos?


    Según Einstein es imposible superar la velocidad de la luz, esto es debido a que la cantidad de masa es directamente proporcional a su velocidad, o sea que mientras más rápido se mueve un objeto, mayor es su masa, y al alcanzar las cercanías de la velocidad de la luz, la masa roza el infinito, de modo que se requieren infinitas cantidades de energía para acelerar dicho cuerpo.
    Por otro lado los taquiones carecen de masa y no sólo pueden romper la barrera de la luz, sino que además pueden viajar en el tiempo, al pasado y al futuro.
    ¿Y el pensamiento?, pues mucho se me hace que también carece de masa, las limitaciones del pensamiento no están dadas por el pensamiento en sí sino por la fisiología del cuerpo, pensar en monólogos interiores es lento porque vocalizamos en silencio lo que articulamos con la mente, pero pensar en imágenes hace el proceso tan veloz que ni siquiera podemos tomar entera conciencia de las innumerables imágenes que inundan nuestra mente.
    S e ha hablado de más de cincuenta mil imágenes ¡por segundo!
    Y si fuera cierto que las ondas de pensamiento carecen de masa, entonces también es verdad que a través de él tenemos acceso al pasado más lejano posible y al futuro más distante, claro que la primera condición para que dicho acceso se verifique es creer en que ello es posible.
    Y me viene a la mente Nostradamus con sus proféticas cuartetas.
    Será que el hombre ya sabía que el tiempo es un entramado donde coexisten simultáneamente pasado, presente y futuro, o tal vez creía firmemente en el acceso a tiempos ajenos a su persona ¡La fe mueve montañas!



    He llegado a la conclusión de que el tiempo no es algo que transcurre ante nuestros ojos sino que es parte integrante (junto con el espacio) de los quarks que forman nuestros electrones, protones y neutrones, de manera que básicamente y a un nivel por debajo de los quark estaríamos constituidos por espacio tiempo ni más ni menos.
    Claro que dicha composición se refiere al cuerpo físico, pero también podría referirse al alma misma, si ésta fuera energía e información, o sea alguna forma invisible de luz (todo esto siempre que el alma en verdad exista, pero no quiero extraviarme por ramales, al menos por ahora)



    Pareciera que la nueva poesía está orientada a sublimar la mecánica cuántica, lo cual me agrada, pero muy malo sería si se enclaustrara exclusivamente en ello.
    Por ejemplo, por qué no una poesía genética, o incluso genético cuántica; ¿cómo se comporta el DNA a nivel subatómico? ¿qué descubrimientos y tecnologías podrían traer a la ingeniería genética el estudio de los campos cuánticos en las enzimas? -poesía macromolecular-


    Volviendo al tema de la transrealidad, el problema más serio lo pone el tiempo, puesto que cuando se pensaba (según la lógica cartesiana) que el Universo era un enorme reloj y el tiempo transcurría linealmente, la humanidad creía que había llegado a la cumbre de la sabiduría, pero luego ¡o sorpresa! el tiempo no es lineal sino multidimensional, y más luego el tiempo es un entramado unido al espacio y ahora, el tiempo resulta que ni existe; al menos no como solíamos pensar de él.
    Es más pareciera ser que el tiempo se acelera todos los días a medida que se expande el espacio a causa de cierta energía oscura que nadie sabe qué es ni con qué se come.

    Y junto a la escurridiza energía oscura galopa violentamente a complicarnos aun más las cosas una materia oscura no menos intrigante, y una antimateria además, sólo falta que coronen la torta con una guinda amarga de antienergía ¡Dios no lo consienta!


    Como es de notar, el Universo es mucho menos caótico y mucho más complicado de lo que jamás nos imaginamos.
    Valga saber que las galaxias se aglomeran en cúmulos y los cúmulos a su vez se reúnen en supercúmulos, y que el Universo no es uni nada, sino que es un enorme agregado de burbujas pletóricas de supercúmulos e interconectadas entre sí, para formar el Multiverso.
    ¿Y la teoría de cuerdas?, bueno es un tema fascinante pero debo confesar que allí mismo es en dónde soy más bruto.

    Perspectivas
    El poema puede ser visto desde tres perspectivas:

    1) La perspectiva del lector
    2) La perspectiva del crítico literario
    3) La perspectiva del escritor del texto.

    Las tres perspectivas pudieran coincidir en cuanto a la calidad del texto, pero no tienen porqué hacerlo necesariamente, veamos el por qué:


    Desde el punto de vista del crítico literario, lo más importante serán las técnicas usadas y la manera en que éstas se combinan para forjar un cuerpo poético, el uso de tropos y demás figuras literarias para obtener un ritmo ya sea fonético, semántico o simbólico o una combinación de ellos, el uso de la métrica estricta o irregular según el tipo de estilo que se busque, la rima existente o no, la reflexión o menos que el escritor haya realizado antes de escribir el texto y qué tan bien está informado sobre el contenido (cosa que se deduce –a veces fácilmente y a veces con cierta dificultad- de la lectura del texto) y finalmente la armonía resultante del uso de las técnicas en la composición.


    Desde el punto de vista del lector, quien puede conocer las técnicas y no conocerlas, lo más importante es lo que el escrito despierta en él, su decisión de si está o no frente a un poema es enteramente subjetiva y depende de las emociones que produce el texto en su mente, alma y espíritu.


    Desde el punto de vista del escritor lo más importante es qué tanta capacidad ha logrado de transmitir el o los mensajes que intentaba transmitir, es decir que tan eficaz, eficiente y efectiva es la comunicación que brota del texto; además de lo bien o mal que suena el escrito.
    Respecto a la comunicación, hemos de entender que su significado no está en lo que el comunicador quiere expresar sino en lo que su interlocutor consigue interpretar.
    De manera que, si el mensaje no llega al lector como el poeta quiere que le llegue es deber y obligación de este último revisar las técnicas de comunicación que ha empleado y modificarlas en consecuencia.


    Ahora que; siendo la poesía alta y profundamente subjetiva, es evidente que los lectores no tendrán –en muchos casos- ni la más remota idea de cuáles acontecimientos, eventos y/o fenómenos le acaecieron al escritor para que hubiese escrito lo que plasmó en el papel; a menos claro, que los eventos estén narrados y descritos en el texto, por tanto lo que el poeta intenta trasmitir es la insurgencia de estados de ánimo en el lector, y esto lo busca ya sea conciente o inconcientemente.


    Por tanto todo escritor requiere de retroalimentación respecto a sus trabajos; retroalimentación de parte de los críticos literarios para conocer que tanto ha mejorado en el uso de sus técnicas y retroalimentación por parte de los lectores para conocer si estos últimos recibieron los mensajes que se trataban de transmitir (siempre en cuanto a estados de ánimo que el texto evoca; a menos que el mensaje sea claro y explícito en el texto mismo)


    Por esta razón es bueno reflexionar y meditar antes de escribir, y observar interiormente al objeto a sublimar desde todas las perspectivas posibles, no sólo desde los ojos y oídos del lector y del crítico, sino también desde los puntos de vista de todos los entes y personas que se relacionan con el objeto, y también desde la perspectiva del objeto como objeto tanto animado como inanimado (si el objeto a sublimar es inanimado, darle personalidad es un buen ejercicio para la imaginación creativa).
    Ejemplo:


    ¿Qué diría la naranja si pudiera hablar?
    No desgaje mis entrañas, se lo ruego por favor
    ¡No me coma que lo amargo totalmente, si señor!


    (Esta estrofa requiere pulitura; ni modo así se quedó. Mis disculpas a los lectores por ello, pero creo que rinde la idea que es lo importante)


    Cuando las ideas maduran, danzan en el aire a la espera de quien quiera recogerlas.
    Es como si la inteligencia fuera parte inherente e inseparable del Universo mismo, quién -organismo vivo- tan sólo espera que maduremos para regalarnos gratuitamente y con esmero y gozo su total sabiduría.
    ¿Mente cósmica? ¿Dios?, quién sabe…

    (Yo Mismo)
     
    #1
    Última modificación: 26 de Agosto de 2010
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