Melibea (parte 2 cuerpo argumentativo)

Mil ofrendas y florestas se merece ese ser ,
tan radiante y brillante que es difícil creer
que su talle tan perfecto y la hermosura de su piel
se hayan obrado en un mundo tan cruel.

Y en un espacio mudo y espectante,
mis ojos atentos para no perder detalle,
del ceremonioso ritual que era verla estar,
respirar, escuchar el sonido del mudo aire
al compás de su pelo, que se elevaba
para formar ondas,parábolas y acabar
por volver finalmente a su sitio;
verla sonreír, toda una delicia,
sus dientes parecían palomas,
blancas palomas que volaban
a mi encuentro y se posaban
en mi pecho, era una sensación
que me hacía volar, que me hacia sentir
una felicidad infantil, una felicidad pura.

El tiempo se detiene en mitad de su travesía
a contemplar esos cometas, que solo existen
en sus ojos, en los ojos de ella,
ojos de felina,ojos de mariposa , ojos de musa,
centro de una constelación aún no encontrada,
mucho menos nombrada .

Todo adquiere otro matiz cuando ella está alrededor,
todo parece marfil cuando lo baña el esplendoroso
brillo que desprende , capaz de iluminar la oscuridad
mas absoluta e inimaginable.

 

MAGNÍFICO TU POEMA. Te estrello