Memorias de un cabrón 8 -Tal para cual

Recuerdo lo que pasó,
como si hubiese sucedido ayer...
Yo iba caminando,
pateando pensamientos
como quien patea una lata de coca vacía.
La calle olía a mierda
(hacía una semana que no recogían la basura)
y el mosquerío zumbaba disfrutando de su bacanal
sobre las pilas de bolsas de residuos.
De un portal apareciste vos,
tipo emboscada,
te me plantaste enfrente
y afirmaste más que preguntar:
¿Lo hacemos, papi?
Yo tenía la cabeza en la Luna
y menos ganas de coger
que la estatua de Plaza Lavalle;
vos una pinta tan cochambrosa
que le sacaba las ganas a un presidiario.
Creo que te ladré:
¡tomátelas, puta!
y seguí caminando
como si supiese a donde carajos iba.
Pero me detuve y corrí a buscarte
y nos marchamos juntos.
Estábamos rodeados de mugre y de basura
y no desentonábamos entre tanta miseria.
Recuerdo que pensé:
La mierda es más dulce
si se soporta de a dos.

 

La calidad divina del arte precioso, trabajo magistral.

 

Realismo crudo, directo, sin vueltas, sin rollos, sin aditivos.

Y encima atrapa y gusta. Me gustaría poner de ejemplo poemas como estos cuando algunos poetas discuten que sus obras son realistas. Es que muchos no comprenden que no es necesario tanto darle a una tuerca para explicar algo simple como la realidad vivida.


Un abrazo grande, me encantó leerte, nuevamente.

 

Me ha gustado, contaste todo con pelos y señales y al pan pan... como dicen por aquí
felicitaciones poeta
abrazo

 

aplausos!

 

Maravilla divina de soberbia obra de arte.