Mensaje catártico

La vida me sabe a poco en tu ausencia,
caigo en el eterno letargo, un perpetuo atardecer.
Las mañanas dejaron de bañar mis ventanas con luz,
la noche pasó de ser cómplice a condena,
el beso del tabaco dejo de ser placer y se volvió necesidad.

Fui y deje de ser,
fui pecado y a ratos tormenta,
fui puerta y ventana, entrada y salida,
fui descaro y rectitud,
fui sarcasmo, fui nobleza.

Y no es que busque tu comprensión,
solo deseo tu complicidad;
tu tonalidad en mi paleta de color,
no encuentro un verde que pueda suplirte;
no hay quien haga del mordisqueo un juego,
de las caricias un sentido...
​

 

cuando siempre hay complices de una misma locura, esta se vuelve letal, pero armoniosa, saludos

 

Hermoso, precioso, bello, muy lindo.

 

La ausencia de lo irreemplazable duele, cambia totalmente el rumbo de las cosas...
Expones esa inquietud de una manera tan apacible, que parece ser sólo un comentario de algo que pesa mucho, pero llevas a cuestas sin mucho drama.
Usted escribe maravillosamente.
Felicitaciones, estrellas y un saludo.

 

Muchas gracias por sus comentarios, siempre es agradable saber que hay quien disfrute mis letras.

 

me gusta, bello poema