Mi amigo el mudo

Mi amigo el mudo habla sin parar,
en lengua provenzal cuenta cuentos
se atrevía incluso a cantar gregoriano.
En el pueblo era bien conocido
por sus cuentos y por sus cantos,
ensayaba todas las noches,
para cantarlos al día siguiente
justo al amanecer.

Ni dormía, ni comía, y siempre decía,
la palabra es mi comida, y la música mi bebida.
Los aldeanos no prestaban atención
a las hermosas palabras que decía,
las expresaba con dulzura y con sencillez
no era bien valorado, y nunca era escuchado.
Hasta que un día algo le robó la voz
no le entendía ni media palabra
señalaba siempre a su corazón.
Intentaba decirme algo,
yo le insistía, le decía, ¡le gritaba!
¿Por qué no hablas mudo?
Solo señalaba su pecho,
nunca me contestaba,
cuando entendí su mensaje,
le volví a preguntar…
¿Es acaso amigo mudo, que tu silencio venga del corazón?
el cuál me contestó:
si amigo mío,
parece que el silencio,
llama mucho más la atención.​