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Mi amigo el Trotskista

Tema en 'Prosa: Sociopolíticos' comenzado por Dr Jose Roberto Hernandez, 3 de Agosto de 2021. Respuestas: 2 | Visitas: 358

  1. Dr Jose Roberto Hernandez

    Dr Jose Roberto Hernandez Poeta asiduo al portal

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    MI AMIGO EL TROTSKISTA

    LA VISITA

    Mientras caminaba adentro de la segunda reja del penitenciario de alta seguridad y después de haber chequeado la primera posta; escuchaba a los jóvenes guardias que dejaba atrás..

    -¿No te lo dije?..

    -Si compay; con semejante visita, el tal Mandy estaba conectao con los yumas,..¡Olvídate!!

    Ni volví siquiera la cabeza; solo quería ver a Armando, mi viejo amigo de la escuela, de la carrera de medicina, al hoy defenestrado Dr Armando Lemus Hidalgo. Me vinieron a la cabeza, aquellos años atrás cuando en el éxodo de 1994, intente una frustrada embarcación para irme en aquella locura a los EU.

    LOS RECUERDOS

    Recuerdo que cuando volví al consultorio donde vivía, había sido saqueado y un grupito de gente que no eran mis pacientes, me coreaban consignas y me cantaron con mucho desafine el Himno Bayamés.

    Fui relegado y como castigo me pusieron a hacer guardia mientras me llegaba la “salida” que ni el MINSAP ni yo sabíamos cuando era.

    Un día Armando fue a verme. Se cruzó en la puerta con dos periodistas independientes, es decir, también defenestrados como yo. Uno de ellos, la mujer de los dos y Armando se cruzaron miradas…Claro, también habíamos sido compañeros de aula en La Lenin.

    -¿Qué hiciste?

    -¡Nada! Tratar de irme del país. Estoy cansado de ser hipócrita, estoy cansado que me digan lo que tengo que decir…en la entrega de guardia en las reuniones que no sirven para nada, en todas partes compadre. Le dije yo poniéndome de pie.

    Armando entonces se sentó.

    -¿Que te hace falta?

    Volví la cabeza. El me miro y abriendo vagamente las manos de brazos apoyados en las rodillas, repitió la pregunta.

    -Nada hermano, no te metas en candela. Al final ya estoy hecho y tú con tu Partidito y las boberías esas, nunca cambiaras.

    -No te pregunte lo que yo pensaba. Te pregunte si te hacía falta algo. Has estado muy bocón y errático desde que las niñas y Mireya se fueron a Miami.

    -Ese es el problema…Bocón,..¿Quién te dijo que….

    Armando se puso de pie.

    -Disculpa Mandy…¿Tu todavía crees en esto?

    Me miro sin retina suficiente y dijo:

    -Si compadre, yo creo que aun podemos salvar el…

    Lo interrumpí:

    -Si, si, si sin muela, que te encantan los discursitos.

    -Mira. Me dijo. Ahí tienes 60 días de certificado médico, 500 pesos y un teléfono de un pescador tío de mi mujer. El vive en Santa Cruz y pesca en Boca de Jaruco. No te quiero ver ni oír más.

    Nos abrazamos y mojamos hombros alternos. Mandy se dio vuelta y se fue.

    DE VUELTA A LA VISITA

    Todo esto pasaba por mi mente mientras se abría la segunda reja y me conducían a un salón con un pupitre y un banco.

    -Espere aquí. Ahora viene el ciudadano.

    Yo me quedé “frikiao”. “Si lo tratan así; a un miembro tan crédulo del Partido, a un fiel de esos ideales asirios,..¿Que habrá pasado?

    Se abrió una puerta esquinada del salón sonando más que la puerta del minotáuro. Una figura semi ovalada, con forma de mueca de boca vertical, se alumbro mientras daba pasitos en silencio hacia mí.

    Me levante y..Como hace años, el abrazo volvió a mojar hombros alternos. No sentamos. Luego de un minuto de silencio, buscando palabras por el piso de cemento dije:

    -¿Qué paso Mandy?..¿Qué hago por ti?

    Levantó la vista y me dijo:

    -Nada compadre, no puedes hacer nada. Solo mirarte me inyecta la fuerza que me faltaba para llegar al final del día.

    -Te traje unas cosas para comer y una ropa ahí más o menos.

    El sonrió. Yo, como si esperaba el momento le pregunte:

    -¿Todavía crees en esto?

    Otro minuto de silencio.

    -No, no es esto en lo que creo, creo en el socialismo, en el marxismo, en su ortodoxia. Esto no es una revolución socialista. Todos los mandos han cambiado y los verdaderos trabajadores, los comunistas como yo, estamos siendo…

    El llanto corto sus palabras. Le abracé y le susurré:

    -Defenestrados como a mí en aquel tiempo?

    - No,…Peor... Matándonos por sinceros, por no ser corruptos, por hacer críticas que ….

    Le corte la inspiración:..- ¡No Mandy, discursitos otra vez, no!

    El se rió y un guardia entro tomándolo del brazo y mandándome a salir:

    -¡Arriba! Se terminó el romance…¡Le ronca esto!…A parte de traidor, gusano y ahora maricón!!

    Me sacaron antes que viera su rostro perderse tras la puerta. No lloré hasta que llegue al aeropuerto. Atrás dejaba a mi ortodoxo rojo, al Trotski con apellido caribeño, al próximo bocado que aquel proceso ingeriría.


    Vampi
     
    #1
    A dragon_ecu le gusta esto.
  2. dragon_ecu

    dragon_ecu Esporádico permanente

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    Las palabras de un gordo no te alimentan.
    Las palabras de un revolucionario con rolex no te vuelven rico.
    ¿Crees que las palabras de un político te darán felicidad?

    Sueños y buenas intenciones... y la culpa siempre ajena...
     
    #2
    Última modificación: 5 de Agosto de 2021
  3. Dr Jose Roberto Hernandez

    Dr Jose Roberto Hernandez Poeta asiduo al portal

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    Jaja razones...Eso me recuerda un pedazo de un poema sumerio guardado por Assurbanipal en su biblioteca por casi par de milenios..Jaja buenísimo. El final identificador---La ajena culpa---Gracias por pasar
     
    #3

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