mi banda sonora

Un amigo mío,
un amigo en mi mente,
que se apellida Cano,
introdujo en mi cabeza
una sonora melodía
de una banda llamada Mecano
y yo, con solo cinco años
buscaba la manera
de entender lo que era una resaca
al ritmo de un coro que rezaba
"Hoy no me puedo levantar".​

Desde que la razón me domina
cada momento de mi vida
se envuelve en una melodía
cero monotonía
sea una guitarra o una batería.​

Dolores O'Riordan gritaba,
Alanis daba vueltas psicodélicas
y Annie se miraba en el espejo mientras lloraba,
y yo, simplemente bailaba,
imitaba, y me sentía espectador
de tanta creación.​

Mi hermano me llenaba de heavy metal
Metallica retumbaba en mi alcoba
Lars Ulrich reventaba su batería
y Kurt Cobain me aturdía,
la Torroja me calmaba
y Laura Pausini me deprimía.​

Con Nacho y José María
me divertía,
viajando a Venus en un barco,
perdiéndome en mi habitación,
mientras un disco de roxette
me hacía ver mujeres bonitas
y desperdiciar mi tiempo
mientras los días pasaban.​

Recuerdo que mi hermana
por Luis Miguel deliraba,
mi madre sonreía al escuchar
al andaluz raphael,
mi padre, por su parte,
con sus boleros y su trova
con su bachata y su jazz,
con Bethoven y Mozart
invadía mi espacio
y me enseñaba, despacio,
que los sonidos son bellos,
aun cuando Elena Burke
me aburría...​

Mi banda sonora es extensa,
pues hasta ahora comienza,
desde el momento en que Billy Corgan
secuestró mi alma
y arrastro mi vida
al lado oscuro de la melodía,
con vampiros, y noches eternas
con siameses y signos irreversibles
de decadencia y dolor,
que se acentuaban con las letras
confusas y complejas
ante las que Morissette
balanceaba sus crinejas
en un delirio de espiral
que yo repetía sin parar.​

Conocí a Bjork de adolescente
odiaba su voz estridente
pero la música que hacía
me envolvía...
Al mismo tiempo supe de la existencia
de una negra masculina
con voz sin adrenalina
pero profunda como la noche
Tracy Chapman era su nombre
y por alguna razón
su carro rápido me hace llorar
y sus historias, meditar.​

Cada año que pasaba,
me afanaba en buscar un nuevo ídolo
un nuevo estandarte que llevara mi bandera
cuyas letras supusieran un reto
y ahi estaba Nina Persson
con una banda llamada Cardigans
medio fresa y atontada
pero con un trasfondo
de belleza y sonido ecléctico
que me fundió los sesos,
me enseñó otra vía
y añadió sabor a mi vida.​

Me enamoré de Sade,
y comprendí la grandeza de Bob Marley,
me empezó a gustar Savage Garden
y adoraba a Gloria Estefan,
aprendí a bailar con Juan Luis Guerra
y me frustré con la Fania
pues mis caderas
no pegaban con la salsa...​

Cada segundo, cada paso
de mi vida, de mi camino,
está acompañado de una nota
de un acorde, de un grito
de una tonada...
desde Celine Dion hasta Mariah Carey
de Whitney Houston a Cher,
sea un poco de Rock,
sea un pop de Roxette
o un grito inclemente de Janis
no hay segundo de mi vida
en el que no tenga en mi cabeza...
una melodía.​