Mi cordón, mi lugar en el mundo

Del corón que me sostiene me aparto
(de mi lugar en el mundo)
Quisíera tomar otro enfoque,
cambiar el par de ojos de turno
y apreciarte.
Seguramente te seguiría viendo hermosa.
Pero quisíera verme,
buscarme al menos
y encontrarme (si es posible).
Una tarde, una noche lo mismo,
mientras durma y sueñe sereno
o en la profunda cavidad de mis ideas.
Allí también estarías presente.

En el olvido recitaría mis últimas coplas,
sería uno con el viento que todo lo barre
(el tiempo)
Un poco más aquí o más allá...
lo mismo da si no te tengo a mi lado.
Si te pierdo,
perdería la parte de mi alma que te ama
(mi alma entera)
y si me pierdo,
que importa si me pierdo...
Si hace rato no puedo encontrarme.

De mis ojos fluyen y refluyen mis lágrimas amargas
y se me deshidrata el pecho,
el alma.
Me quedo sin ganas, me quedo muerto en la última línea
y me salvo.
Me salva mi cordón que se sostiene en tu pecho
que todavía acepta cobijarme
Rincón dulce, sereno.
Sos el cielo que pretendo,
el único que contemplo.
Sos el candor sin el fuego,
y con fuego sos mi hoguera toda de sangre.

En tus ojos mi espejo esta entero
y me veo; y me siento; y me creo; y te quiero.
Me elevo por tu causa y efecto,
por tu corazón sincero,
tus dulces labios de carne
y besos-espasmo en mi cuerpo.
Confía en mi tus mas profundos sueños y deseos
que yo te pediré, con el alma toda,
Por favor
nunca sueltes el cordón del que me sostengo.​