Mi cuerpo es...

Cómo has caído de los cielos, has precipitado a lo más profundo.
Y ella le dijo: Cada acción...
Y el eco respondió: Una reacción. ​

Mi cuerpo es una tumba,
dentro, se respira vapor de azufre,
explota, como un volcán indeliberado,
y de su sangre magmática
moldeo unas alas incandescentes.

Mi cuerpo es una luz prendida
de una tela de araña,
que roza el paladar del voraz azar,
violencia de la inocencia perdida,
al hambre no se le puede engañar.

Mi cuerpo tiene la apariencia inmóvil
de una mariposa que vuela en calma,
inmanente en el aire, sin importarle,
ser el cazador o la víctima,
la vida o la muerte.

Mi cuerpo ahueca sus plumas
donde las flores no se marchitan,
es la prisión de la letargia de un ángel,
todos los pájaros que van a fallecer
dejan de cantar.

Mi cuerpo no olvida el mañana
que se quedó en las cicatrices del ayer,
actuando en un escenario vacío,
donde el contorno de mis miedos rellena
el hueco, y me mantengo en movimiento.

Recipiente indestructible, un cuerpo,
que viaja buscando la llave perdida
que le haga abrirse como fuegos artificiales.
Casi un infinito, retorcido en el número seis,
crisálida imperfecta deseosa de implosionar,
sólo le faltó un uno más para ser como tú.

 

Un uróboro.

 

El eterno retorno, la transformación de la materia en movimiento, alquimia...
Nuestros cuerpos siempre actúan así, solo hay que ver el ciclo de Krebs, somos puras reacciones

 

¿Sabías del sincronismo natural?
Y avanzando un poco más.
Aunque ciclos independientes una vez se interrelacionan surge el fenómeno de sincronicidad ¿?
Así es la vida.

 

Como una olla a presión, me imagino un incendio tras abrir la tapa de dicha tumba y el calor liberado, que la temperatura del calor sea altísima y los gases se expandan y las llaman se eleven, vorágine, no dejen de tu cuerpo ni humo, ni cenizas, ni aliento...
El hambre no se puede disfrazar, con hambre no se puede pensar, con hambre solo te lanzas, escalas, muerdes y tragas. Me imagino una pantera cazando con mirada de "mírame solo soy un pabilo en una telaraña, no puedo hacerte daño..."
La mariposa es el alma que solo aletea sin más intención que generar reacción, no importa las consecuencias, sino el batir de su existencia en el momento ahora. Lo pasado queda atrás y que el futuro llegue en la forma que quiera, la crisálida (cuerpo) es mariposa y como sea seguirá en movimiento hasta que el incendio ocurra y de el salga el Fénix al vuelo...
El número 7 me sabe a descanso

¿6 que le faltó 1 para ser como tú?


Bello cuerpo, divino manjar de dioses, diabólico ser que obliga al onanismo y arrastra a la condena de ser un mortal común y corriente lejos de Dios, Yisus, y lamar en coche...
Arderá tu cuerpo y arderemos tus lectores en el infierno

¡¡Vade retro satana!! Tus formas dulces a mi no me engaña, Lucy de mi perdición espiritual



Beso

 

En la medida en que nuestra alma sea una extranjera al natural,
nuestro cuerpo ha de ser un lienzo, una pintura cambiante, con más o menos belleza,
pero igual, una guerra de recuerdos, de días, años o toda una vida a lo largo de lo que hagamos,
distinto o no, pero siempre habrá de ser una rutina el que naveges con ese hermoso follage de tu alma.

A veces una sola mirada acumula mucho más sentir
que toda la poesía que existe, que aun esta caminando
por algún rincón de una alma poética con seudónimo.

Bello poema,

Saludos,
Fidel Guerra.

 

El hambre(corazón) no se le puede engañar. Y es que hay teorías de que el amor también se siente en el estómago, por eso se dice lo de las mariposas.
El hambre a veces es incontrolable y más cuando se siente la adrenalina.
Y sí, esas mariposas no entienden de peligros, pasados, futuros...tan solo vuela, se deja llevar, ella disfruta de su vuelo presente, sin importarle el resto.

Luego, el número seis + uno. Te lo explico.
El seis es el número destinado a Lucifer, porque es un número imperfecto, ya que el siete es considerado número de "dios".
Este se queda a las puertas...por tan solo un "uno", no es igual que él. Es paradójico, aunque yo prefiero el seis, es un infinito.
Cada uno tiene su propio dios a quien adorar, no hace falta que sea divino.

Jajaja por mas que insistas, no me voy a ir, quiero seguir siendo esa mala influencia que ate al mundo terrenal ya sé que a ti mi dulzura ya...no te vale.

Un beso.

 

Gracias Fidel por comentar, el cuerpo es un contenedor de recuerdos y de historias. Pero tiene fecha de caducidad, entonces ¿A dónde va todo eso que teníamos guardado?

 

El uróboro es un anillo sin fin, el eterno continuum.
Pero al tomar la forma de seis suelta su cola y se mueve como pez koi.
El seis busca su complementario en otra cifra.
Otro pez koi que juntos forman el ying y yang,
sumando la cifra perfecta.

 

Tu cuerpo;
oh, yeah!

 

Nadie te lo dice por acá porque los poetas somos a veces así de estúpidos, pero tu cuerpo lo que está es bien bueno pa´esa llave, chama. Dicho sin pretensiones -conste- porque estoy parado yo diría que bastante lejos de ti, con varias leanías incluidas.

Y tu poema no solo está tan bueno y sensual como tu cuerpo, sino que además está bien inteligente. La belleza, de suyo, es admirable. La belleza con inteligencia es... es... es...