Mi despedida.

Rastros peregrinos de un mundo sutil
Que me acompaña; pero que poco a poco
Se pierde solemne en la neblina de los días
Raros recuerdos los sueños que me hicieron quererte.

Oh, boca mía porque no callas de una vez.
No lances fragmentos de una felicidad que se marchó.
No tiendas a la contradicción de desearlo.

Tendría todo justificado para matarte
Para morir por lo que empezamos
Pero todo vuelve despacio a decirme que no
Puedo aplacarte.

Tampoco es que sea la soledad el huésped de mi alma
Es tu intacta paciencia, es tu orgullo mi afrenta.
¿Podré sobrevivir besándote?

Oh, pensamiento mío, me quedaré
Tierna entre la sombras, con mis labios húmedos
Con los cabellos enredados, con los ojos insensibles
Temiendo que un suspiro tuyo me asesine.

Pensar que soy inocente de amarte
Que me contento con el pan de tu boca.
¿dices que mi verso es una trampa?

Trampa es el sexo, la impaciencia
Trampa es lo que llevo en el pecho y me ejecuta.
Mírame, puede ocurrir que no creas mis lágrimas
Puede que deje la pureza en mis intentos
Que oculte el hambre de mis deseos,
Soy persistente pero no ignoro tus dudas
No pienso confundirte
Solo me asusta perderte
Y por ello prefiero despedirme.

 

Termine de exponer mis derechos mínimos
pero igual me dio la espalda sin escuchar,
habían expirados todos mis mimos.
Moría, en silencio sin volver a amar.

Un verdadero honor leerte en este magno poema.

 

Nuevamente muchas gracias, siempre tan espléndido en tus comentarios, muy bellos esos versos que me envías

Recuerdos para una noche.

Un heraldo me visitó esta noche,
Me trajo tu mano y tu corazón de ofrenda.
Y solo en ese momento me pregunté:
¿Qué haré con esa mano?
¿A quién donaré tu corazón?

No puedo quedármelos.
Sería multiplicar mis tristezas.

 

Tienen fuerza y claridad estos versos. El lenguaje me pareció bastante bueno. Un placer leerte. Un fuerte abrazo.